Todos dan la espalda a Vox y tumban su ley de Concordia

David Alonso
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García-Gallardo ve como un «punto de inflexión» el rechazo del PP, que argumenta su 'no' apelando a la prudencia y la necesidad del informe, mientras Tudanca celebra el fin de «una página negra»

Imagen del resultado de la votación de la Proposición de Ley de Concordia tras su debate ayer en el Pleno de las Cortes de Castilla y León. - Foto: Miriam Chacón (Ical)

Punto final. La Proposición de Ley de Concordia ya es historia en Castilla y León. No hubo sorpresas y todos los grupos parlamentarios dieron la espalda de forma rotunda a Vox para su toma en consideración y la norma acabó en la papelera del hemiciclo. 67 noes frente a 12 síes fue el resultado de la votación que se pudo ver en los marcadores electrónicos del Parlamento autonómico, y que llegó acompañado de una larga ovación desde la bancada socialista. Así terminó un debate parlamentario cargado de un notable componente ideológico, muchas citas de personajes históricos y alguna llamada al orden del presidente de las Cortes, Carlos Pollán. El PP, que solo intervino en el turno para fijar posición, se desentiende finalmente de una de las maletas políticas que cargaba desde abril del 2022 y se mantuvo firme en la necesidad «imprescindible» de contar con el informe del Consejo Consultivo.

Todo ello durante un deslavazado debate de casi una hora reconvertido en una suerte de clase de Historia Contemporánea por momentos, y en un 'todos contra todos' por otros. Juan García-Gallardo(Vox) y Luis Tudanca (PSOE) fueron los encargados de subir al estrado para defender y rechazar respectivamente la Ley de Concordia. Largo Caballero, Indalecio Prieto, el 18 de julio del 36, el 'octubre rojo', y en especial Francisco Franco, fueron las figuras y momentos históricos invocados de forma recurrente por ambos oradores. «Las leyes de Memoria Histórica del PSOE rojo y el PSOE azul (en referencia al PP) han contribuido a las políticas del odio», denunció García-Gallardo, que avisó al PP que su 'no' a la Ley de Concordia es un «punto de inflexión»: «No les quepa duda de que les vamos a hacer una oposición contundente».

El líder regional de Vox también disparó hacia la bancada socialista, a la que acusó de ser «heredera» de «personajes siniestros y malvados», y de «imponer una visión manoseada de la historia». Volviendo a la clase de historia, García-Gallardo se preguntó qué pasó en España antes de 1936 para que la Iglesia apoyara a Franco y para que éste muriera «tranquilo en su cama». «Me critican que yo no condeno el franquismo, pues bien, yo lo que no condeno es la decisión de mantenernos neutrales en la II Guerra Mundial; tampoco condeno el crecimiento económico e industrial desarrollados; tampoco condeno todas las reformas sociales que se hicieron en el régimen anterior a 1978», concluyó García-Gallardo.

«Nos vamos contentos»

Unas palabras contra las que se lanzó rápidamente Luis Tudanca: «¿Cómo es posible que en 2024 haya un parlamentario que no condene el franquismo y se sienta orgulloso de que yo se lo llame?». El líder socialista quiso desvincularse de lo ocurrido el jueves en la Mesa de Portavoces, aseguró que su intención era que «todos se retraten hoy», y sentenció que «no puede haber equidistancia con el franquismo». «El PSOE sigue en el mismo sitio, en el lado de los derechos y libertades, de todas las víctimas de la guerra y la dictadura», resumió un Tudanca que, hasta en dos ocasiones, reconoció que era «un día para celebrar»: «Esta iniciativa hoy se para aquí, hoy muere aquí y, desde luego los que más contentos nos vamos a casa somos los socialistas».

En el capítulo de ataques a otros partidos, al igual que García-Gallardo, también estuvo muy repartido. Al PP le afeó la «inestabilidad institucional» y les pidió que «no mientan, no se oculten, no les dé vergüenza»:«Estaban de acuerdo con los fascistas en tramitar esta ley». A Vox les acusó de «querer institucionalizar la nostalgia del franquismo» con su «ley de la discordia».

«Prudencia»

«Hay razones de oportunidad, prioridad y prudencia que aconsejan posponer su tramitación», resumió en un tono mucho más sosegado Óscar Reguera, sorpresivamente encargado de defender la postura del Grupo Popular en lugar de su portavoz, Ricardo Gavilanes, ausente, junto a Alfonso Fernández Mañueco, Isabel Blanco o Carlos Fernández Carriedo, durante el debate. Reguera, que no dudó en señalar que la normativa de Concordia era «perfectamente constitucional», apeló a la «prudencia» ante la sombra de un posible recurso al Tribunal Constitucional. «Por eso consideramos no prioritaria su continuación en la tramitación», añadió el procurador popular, que insistió en que su formación no se ha movido de su postura. «El PP no renuncia a sus principios y cree en la democracia y la concordia, no en imponer las ideas, como hemos visto hoy aquí».

También en el turno popular hubo tiempo para dejar recados, a PSOE y Vox en este caso, a los que unió bajo «una pinza» contra el Gobierno autonómico. «Si continúan así, mejor que se casen, no sigan ocultando su relación porque todos lo sabemos», ironizó Reguera, que les advirtió de que «sus votantes no van a entender este proceder». «El PSOE hizo un guiño a Vox, ambos se dan el sí. Estamos en presencia de un nuevo idilio», continuó el parlamentario popular, que recordó a Vox que ellos fueron los que abandonaron la Junta:«¿Es sensato que quien abandona una casa quiera imponer desde fuera cómo se organiza esa casa?».

El Gobierno de Sánchez celebra el fin de la normativa

El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, calificó de «buena noticia» que las Cortes de Castilla y León hayan frenado la ley de concordia: «Aunque a veces tarde en llegar, el sentido común siempre es bienvenido. Que cunda el ejemplo». El ministro ya advirtió al PP y Vox de que la norma era contraria a la Memoria Democrática y anunció que el Gobierno tomaría las medidas necesarias para defenderla. También UGT y CCOO aplaudieron que el PP haya votado en contra de la toma en consideración de la proposición de Ley de Concordia.