Han bastado solo dos sesiones plenarias en las Cortes de Castilla y León para que Alfonso Fernández Mañueco dé carpetazo a su pasado con Vox y lance por la borda las alforjas del pacto de Gobierno firmado en 2022. «No se preocupen, sin ustedes, Castilla y León funciona». El presidente de la Junta escogió estas palabras para escenificar la culminación del muro que poco a poco ha ido levantando con Vox desde la autoexpulsión de los de Juan García-Gallardo del Ejecutivo regional hace ahora dos meses. De fondo, la sesión de control al presidente y la pregunta del líder regional de Vox por el «cambio de postura» del PP sobre la Proposición de Ley de Concordia, que será rechazada por todos los grupos menos por los 13 procuradores de Santiago Abascal y culminará así su recorrido parlamentario en Castilla y León.
«No culpe a los demás de lo que usted dejó sin hacer en el Gobierno de la Comunidad», apretó Fernández Mañueco, que recordó a García-Gallardo que «tuvo que salir corriendo» de la Junta porque «le obligaron desde Madrid». Poco o nada se mojó el presidente autonómico sobre el funesto futuro de una norma que no mencionó ni una sola vez durante los ocho minutos que dedicó a responder a sendas cuestiones que sobre ella formularon García-Gallardo y Francisco Igea, su otro vicepresidente: «Es curioso su repentino acercamiento a las propuestas de Vox, no estará pensando en cambiar de partido otra vez, creo que es el único que le queda».
Fernández Mañueco se hizo fuerte en ambas preguntas en una suerte de 'todos contra mí' y miró a las bancadas socialista y de Vox para denunciar una «pinza» de ambas formaciones sobre el Gobierno regional. «Confirma hoy más que nunca ese dicho de que la política hace extraños compañeros de cama», les afeó el presidente, que se puso la venda antes de la herida y pronosticó que no será la última vez que ocurra: «Parece que les gusta a los dos y que probablemente lo van a hacer a partir de ahora, también en los presupuestos».
La «pinza» con los socialistas la negó a renglón seguido García-Gallardo, que sacó el listado de veces que el PP ha pactado con el PSOE en los últimos meses en materia de inmigración, justicia e incluso en el apoyo a Teresa Ribera en Europa: «A otro con ese cuento». Mientras, Fernández Mañueco no hizo ninguna alusión al contenido de la normativa de Concordia más allá de defender que desde el PP querían hacer «las cosas bien» y con garantías en la tramitación vía informe del Consejo Consultivo. «Ya sabemos que usted no manda nada», añadió el presidente, que volvió a recordar al líder regional de Vox su falta de autonomía en las decisiones y su dependencia de Madrid. Y terminó su dúplica dejando un consejo a García Gallardo: «Se equivoca de adversario, deje su obsesión con el PP y anteponga los intereses de las personas de Castilla y León a los intereses de su partido».
«Políticas revanchistas de la izquierda»
«Esta Ley le gustaba en primera y en otoño ya no», comenzó su respuesta García-Gallardo, que aprovechó su segunda pregunta parlamentaria a su exsocio de Gobierno para tirar del libreta ideológica y arremeter contra Fernández Mañueco por perpetuar las «políticas revanchistas de la izquierda», por«demonizar a la mitad de España», y por «recuperar viejos odios» al no aprobar la Ley de Concordia. «¿Le parece mal que se dé amparo a las víctimas de persecución religiosa de la II República?», prosiguió el líder regional de Vox, que hizo un último llamamiento al presidente de la Junta para rectificar y «recuperar la cordura y el sentido común». Mano tendida que acompañó rápidamente de un «lo pagará caro en las urnas», y un aviso al presidente de la Junta: «Es una versión de marca blanca de Juan Vicente Herrera, pero necesita un perfil propio, rectifique».
Francisco Igea, segundo exvicepresidente que interpeló a Fernández Mañueco, calificó al presidente como el «increíble hombre cambiante que siempre permanece». «Con este giro quiere hacer pensar a la gente que ha cambiado», apuntó el ex de Ciudadanos, al que Fernández Mañueco situó de la mano de PSOE y Vox: «Hubo dos posturas en la tramitación de la Ley, y usted salió corriendo para irse con los que querían hacer ruido por interés político».