Juanma Terceño

El hecho gastronómico

Juanma Terceño


Sin carta de vinos

14/08/2024

Me encantó cómo desarrolla el vino Andrés Piñera en el asturiano Casa Rula, en Selorio, a 3 kilómetros de la bonita playa de Rodiles. No es la primera vez que me atienden sin carta, de hecho me recuerda a cómo me gustaba hacerlo a mí «in illo tempore» cuando los comensales se ponían en mis manos a la hora de beber, cosa que siempre motivaba. Y, aunque algunos clientes se ponen algo nerviosos porque el proceso de arrancar las mesas es un poco más lento, merece la pena la pequeña espera, y muestra la importancia que se le da al vino en ese lugar.
Andrés se acerca, hace un par de preguntas rápidas o tres, se va y vuelve con varias botellas en mano que apoya en la mesa, con la seguridad de haber interpretado gustos, preferencias y presupuesto de los clientes, y con ágiles comentarios de cada una de las opciones que ofrece según lo hablado anteriormente, retira las no seleccionadas y procede al servicio de la elegida en impoluta e impecable cristalería. Magnífico. Y es magnífico porque esta manera de trabajar le permite un poquito más de contacto e interacción, humaniza el protocolo, provoca mayor conversación, quita mecánica y da algo más de cariño, prestigia la figura del anfitrión y hace más atractiva la experiencia. No me extraña que muchos amantes del vino hagan desvío en sus rutas por el norte para acercarse a pasar un rato «charlando botellas» con Andrés.
Así que quiero agradecer la amabilidad, esa manera de trabajar el vino y lo bien que lo hacen en Casa Rula, y gracias también a Paz Álvarez, cuyo artículo en El País a principios de Julio hizo que nos decidiéramos a ir, de hecho reservé el mismo día que se publicó y ya el teléfono les estaba volviendo locos, habrán trabajado muy bien este verano sin duda.