Estamos ya en septiembre, inicio de nuevo curso, nueva temporada, vuelta a la rutina y búsqueda o no de nuevas rutinas, hábitos, intenciones… Me pregunto, en esta temporada, ¿Qué debates nuevos habrá en el entorno gastronómico en nuestro país? ¿Qué discusiones ya conocidas se harán más relevantes y cuáles desaparecerán? En el vino, sin duda creo que la apertura de la DO Rueda a nuevas varietales de uva ya ha encendido ánimos, sobre todo en la provincia de León, por la Godello. Esto va a traer cola. Otras, siguiendo en el vino, no dudo que continuaremos con la lucha entre el Ying y el Yang, y llegaremos a aburrir a consumidores y a echarles de nuestro universo por obligarles a manifestarse y/o radicalizarse entre bodegas pequeñas o grandes bodegas, vinos naturales o 'industriales', conflictos en el sector de vinos espumosos… Más referente a la hostelería, el 'desencuentro' entre quienes argumentan que no encuentran camareros y camareros que no encuentran trabajos con condiciones dignas, o algo que viene sonando hace años, pero que ya, escrito por el más prestigioso de nuestros críticos gastronómicos patrios, mi admirado José Carlos Capel, cobra enorme fuerza; la tiranía del menú degustación en la alta gastronomía y, sobre todo, su rigidez o incluso hieratismo. Oigo voces recientemente sobre el 'kilómetro 0' de manera peyorativa y, sinceramente, espero que sea más criticando que alguien sumado a este discurso en realidad no lo practique, como pasa tanto en asuntos como sostenibilidad, ecología, etc, que criticando el hecho de que exista esta sensibilidad y respeto al producto y al productor de cercanía, también a la temporalidad de los alimentos. Discusiones que parece están ya muy decantadas son las hamburguesas de autor diseñadas por célebres artistas de los fogones para grandes cadenas por todos conocidas… No seré yo quien las valide, con los comentarios que podemos observar en el universo de las redes sociales hay suficiente veredicto. Qué sabio Custodio cuando entonaba el mea culpa y explicaba por qué no funcionó el restaurante Tellagorri, ese prét-a-porter que quiso desarrollar Zalacaín «No funcionó porque nosotros no sabemos hacer cosas baratas». O, dicho de otra manera, zapatero a tus zapatos…