Continúa su camino entre nosotros el mes de agosto, en su ecuador ya; regalándonos su ancestral calor para dar y tomar. Asumiéndolo cada cual de la manera que mejor entiende y adaptándolo en lo posible a su interés particular. Que lo que para unos es mucho, exagerado casi, para otros es normal dado el tiempo en el que nos movemos.
Poco más habría que decir a este respecto, salvo que agosto va fluyendo con su tradicional parsimonia y su continuo ir y venir de las gentes de acá para allá; aunque nada sea ya como antes y cualquier parecido con ello sería una quimera difícil de imaginar; porque a nuestro lado el mundo de la actualidad política, sin ir más lejos, no anda pacífico y casi a cada paso nos proporciona más de un susto.
Por lo que henos aquí, en permanente guardia casi aun en agosto, ante lo que pueda suceder en el convulso área de la realidad política y social del país. Y sí, aunque estemos en pleno mes de agosto debemos estar con las antenas bien orientadas tratando de captar cualquiera de esas señales.
Claro que eso sería sólo en el plano del más estricto seguimiento puntual y a carta cabal de la actualidad político-social; porque no obstante, como agosto que es, la mayoría del personal anda, como no podía ser por menos, pensando y ejecutando sus planes de vacaciones, buscando un destino fuera de su marco habitual de vida para tratar de desconectar de su actividad laboral y monótona del día a día. Por lo que nuestras ciudades ven cómo van quedándose prácticamente desiertas durante estos días, huérfanas de sus habituales habitantes, que han encontrado su acomodo en otras latitudes por unos días; bien junto a la playa, acaso junto a la montaña, tal vez en otros núcleos de población más pequeños, o en mil y un lugares más a lo largo del mapa mundial.
Porque todo vale con tal de alejarse durante un tiempo de la habitualidad de los días, de los paisajes y lugares comunes, de las preocupaciones diarias. Con el añadido de poder cambiar de aires y cargar las pilas de nuestra energía y vitalidad personal cara a enfrentarnos en mejor disposición a las nuevas empresas que, sin duda, se nos presentarán.