Siempre se ha dicho que los españoles somos envidiosos por naturaleza. A mi nunca me ha convencido esa generalización consistente en atribuir rasgos de carácter común a grupos humanos  más o menos numerosos, pero hemos de admitir que los seres humanos envidiamos a los que poseen lo que a nosotros nos falta. Así que los ricos encabezan la lista de los envidiados por el mayor número de personas, que somos el resto. Es decir, los que no somos ricos pero nos gustaría serlo. Por esa razón, los políticos populistas recurren periódicamente a ese sentimiento profundamente negativo, que tanto daño hace, para atraer la atención de los ciudadanos. Esa ha sido la intención de las palabras de la vicepresidente del gobierno y ministra de trabajo en funciones, Yolanda Díaz, al decir que los más ricos del mundo piensan abandonar la tierra que, según dijo, está en peligro de extinción y lo harán en cohete particular, que para eso son ricos. Lo que no dijo es adónde irán los cohetes, pero eso da igual. El mensaje era dar a conocer lo malos y egoístas que son, ya que, en vez de aportar sus caudales para salvar la tierra, prefieren largarse al espacio en cohete. La señora Díaz no pierde ocasión de llamar la atención sobre su persona y, hasta ahora, no ha acertado en ninguna de sus intervenciones. Su viaje a Waterloo fue un tremendo error al que se prestó gustosa para agradar al jefe. No contenta con ello, presentó una lista con diferentes clases de amnistía que pueden darse en política. Esta exposición no fue refrendada absolutamente por nadie. Ni siquiera por sus seguidores ideológicos. De ahí pasó a criticar la acción política en materia laboral del gobierno griego, siendo eficazmente humillada por su homólogo heleno. Pero el cohete de los ricos ha sido lo más comentado. En algunos medios se ha hablado de la ironía con que Douglas Rushkoff trata las extravagancias de los ricos en su libro "La supervivencia de los más ricos" y es evidente que la señora Díaz lo cita sin haberlo leído. El título le resultaría acorde con su populismo ideológico y le pareció oportuno utilizarlo. Seguirá formando parte del próximo gobierno y nos ofrecerá grandes momentos para regocijo de los periodistas.