«Una garantía para el avance y desarrollo de los municipios que da estabilidad a la inversión y a la prestación de los servicios en el medio rural». Así define los Planes Provinciales de la Diputación el vicepresidente segundo y diputado de Acción Territorial, Urbano Alonso, quien los califica también de «necesarios» para que las propuestas de los diferentes pueblos vean la luz y, lo más importante, para mejorar la calidad de vida de los vecinos que los habitan.
No en vano, este ya veterano programa se ha convertido, con sus 19,62 millones de euros de inversión para el período 2024-2025, en una fuente de financiación «imprescindible» para que ayuntamientos y juntas vecinales puedan impulsar proyectos que se escapan a las posibilidades económicas de las localidades, especialmente aquellas con un padrón más reducido y, por lo tanto, menor capacidad financiera. Esta cantidad se traducirá en una dotación de 240 euros por cada uno de los 81.706 palentinos que residen en el medio rural en aras de mejorar la prestación de servicios que tienen a su alcance.
El Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicaba en una de sus últimas ediciones el listado completo de las 300 intervenciones que verán la luz en la anualidad de 2024, con una dotación presupuestaria de 8.400.000 euros (más de seis millones por cuenta de la institución provincial, el resto a cargo de los municipios) y las 298 que lo harán en 2025, con 11,2 millones de euros de inversión, de los cuales la Diputación aporta casi ocho.
En total, 598 obras entre las que destacan las relacionadas con la pavimentación de calles, que suponen casi la mitad. Y es que, según concreta Alonso, necesidades como la renovación de tuberías «están ya cubiertas» y ahora esos fondos pueden invertirse en embellecer los pueblos. En concreto, son 298 (49,83 por ciento), muy por encima de las 90 enmarcadas en las actuaciones ligadas al ciclo del agua (abastecimiento, depuración y saneamiento) o las 87 vinculadas a edificios de usos múltiples. A ellas hay que sumar 43 relativas a infraestructuras verdes, 20 a la puesta a punto de caminos rurales, 17 a alumbrado público, 16 a instalaciones deportivas, 14 a cementerios, once a mejoras en casas consistoriales y, finalmente, dos a nuevos elementos de comunicación.
Todas estas actuaciones van en beneficio no solo de los vecinos, sino también de las empresas asentadas en el territorio. Y es que, siempre bajo los criterios de la Ley de Contratos (obligatoriedad de presentar tres ofertas, por ejemplo), ofrece la oportunidad a los municipios y entidades locales menores de contar con las empresas de construcción más cercanas, lo que redunda en la creación y consolidación de empleo en el medio rural. «Los Planes tienen dos vertientes principales. La primera es la mejora de las infraestructuras e inversiones en los municipios y, la segunda, el mantenimiento de puestos de trabajo», explica Alonso. Dicho de otra forma, economía circular en clave rural.
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