Estoy asombrada, y no digo que estoy flipando porque me cansa la tal palabreja. No me imaginaba que nuestra Nación tuviera tan arraigadas sus preferencias políticas. Suponía que existían discrepancias,...opiniones... o tendencias dispares, pero cuando en televisión me ha costado adivinar el suelo de tantas calles españolas, porque la multitud abarrotada de manifestantes ni siquiera dejaba libre una rendijilla como para que cayera un alfiler al suelo... pues que no, que ni lo suponía: Supersaturación de voces,de gritos, de banderas, de euforia, de furia, de protesta... ¡Que sí, que a lo mejor tienen razón o que no la tienen! ¡qué sé yo! Pero puedo opinar, y opino: ¿Tanto entienden de política las sencillas amas de casa, que cuando tienen que justificarse entre papeleo  burocrático allí figura: Sus labores?... Y tantos románticos... soñadores... enamorados... poetas... ¿Tanto entienden todos de política como para que bandera en ristre, y a gritos desenfrenados,  abarroten ciudades  reclamando... no sé qué? ¡Que sí que peor sería que no supieran ni de donde les da el aire! Pero entremedias de el preguntar, por ejemplo:--Amnistía... amnistía...y esa ¿quin es ?--, y querer comerse el mundo por el simple hecho de armar camorra...e stá la sensatez y la cordura. No digo que por ser Otoño  con sus arbolitos desnudándose, sus flores desaparecidas, y sus canciones románticas, tenga que ser forzosamente lo que domine nuestro devenir, pero puedo prometer, y prometo (ya que de política va el asunto), que frente a la salida de madre puesta de manifiesto, pues... me manifiesto: Mientras percibo todo esto, donde los derechos que se exigen o reclaman puedan o no puedan ser los justos o legales, noto que los caporales están relativamente tranquilos, van y vienen por pasillos y  reuniones, sin poner de relieve si por dentro va o viene la procesión. Mejor. Las cosas que puedan redundar en mí, no sólo las quiero, es que las exijo perfectas, porque están muy requetebién pagadas. Y si entre tanto revuelo mediático los protagonistas  me sorprenden  con buenos resultados... pues pondré en una balanza mis tendencias. El que calla, otorga. Y como dice Emilia Pardo Bazán en uno de sus poemas: --/ Sin combatir, ganó la guerra, y la victoria, el sabio, /porque encerró la rabia / en el rabioso labio.