Hoy que escribo, ya está firmada y consumada la amnistía. «La ideología es un velo que cubre los intereses» dijo Balzac. La mayoría de las relaciones humanas, tienen su porcentaje de intereses que todos aceptamos como algo normal y en política, consensos y pactos, juegan con ellos para alcanzar algún bien común, en los que las partes ceden y exigen al mismo tiempo. Sin embargo, hay situaciones humanas entre dos partes, en las cuales la violencia y el abuso de una de ellas, necesitan una legislación especial. De esta manera nació la ley del No es No, desde el ministerio de igualdad, en favor de las mujeres ante los abusos sexuales y el maltrato. Me parece bien, sobre todo por la carga educativa que lleva dirigida a las nuevas generaciones. Claro que siempre he pensado que decirlo, NO, puede servir para algunas ocasiones, pero desde luego, cuando ante una manada, o uno o varios animales, una mujer quiere gritar No es NO, a veces con la punta de una navaja en el cuello, en primer lugar, te debes quedar sin voz, y el silencio es la opción si quieres conservar la vida. Para alisar, para pacificar y salir del conflicto, te entrego todo. La situación en que se ha puesto a todos los españoles, ante esta muerte lenta durante estos meses, es muy difícil de digerir. Porque ya no va la cosa de partidos, no. Sólo los intereses pueden apoyar esta especie de maltrato al que estamos siendo sometidos. Y solamente los que no sienten nada en absoluto por su país, pueden hacer bien la digestión. Porque el maltrato nos llega por dos vías, por dos puñaladas ambas muy dolorosas: Una, sentir el odio de una parte de los españoles, un odio injusto y lleno de desprecio, y otra la vendetta indecente de un gobierno taimado, que en vez de decir No es No, ante el miedo a la muerte, se deja, como tantas pobres mujeres, y firma la violación de todos los derechos y razones que el maltratador impone en una noche oscura. Los que apoyan tibiamente la amnistía, argumentan que hay que empezar un camino de pacificación con Cataluña, cuando estos dicen que lo volverán a hacer. No es No. Tiene su gracia. Qué fácil nos lo ponen. Aparte de la humillación del resto de España y de la mitad de catalanes, preparen sus bolsillos para el regalazo que nos han impuesto. Y conserven el temple ante lo que nos viene, desde el poderío de un partido que no consiente otras alternativas políticas en el poder, manejando la calle con la mejor de sus armas: el miedo al coco. Sí es Sí  y a callar, que me matan.