Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia. Son los contundentes y concluyentes sustantivos que, de manera tajante y terminante, deberían acompañar cualquier actuación pública y privada, política y social, cuando nos referimos a las siempre inocentes víctimas del terrorismo. Lamentablemente esto no está siendo así.
En el teatrillo de las negociaciones, autentica hoguera de vanidades, que de manera taimada, sigilosa, silenciosa, clandestina, secreta, oculta, ilícita y furtiva viene manteniendo el séquito de Pedro Sánchez, antes siempre dicharachero y ahora mudo, con las huestes del nacionalismo anti español, pronto se ha olvidado de sus propias palabras y de sus convicciones, si alguna vez las tuvo, para aquellos que sufrieron, sufren y seguirán sufriendo el azote del criminal asesinato y cobarde atentado de que fueron víctimas. El sufrimiento no cesará y el dolor no se extinguirá con el simple paso del tiempo.
La verdad ha sido profanada por los testaferros y acólitos de ETA, también por sus homónimos independentistas gallegos y catalanes, cuando se acepta y se invita a Bildu a apoyar la investidura del narcisista y egocéntrico presidente en funciones. Es una vergüenza nacional que deshonra y desdora la Memoria, la Dignidad y la Justicia de miles de personas cuyas vidas fueron vilmente cercenadas, mutiladas y amputadas de manera ignominiosa, ruin, vil, despreciable y criminal. La fotografía con los adláteres de la banda terrorista es abyecta, infame y rastrera. La Justicia ha sido salvajemente ultrajada y violada de manera repugnante, repulsiva, nauseabunda e inmunda.
¿Cómo se puede estrechar la mano de aquellos que las tienen tintadas de sangre? ¿Cómo se puede aceptar el apoyo de los representantes del odio y la represión sanguinaria? ¿Cómo se puede tener la falta de integridad para olvidar a las víctimas inocentes, vivas o no? ¿Qué se puede esperar de un sujeto que no es fiel a sus palabras públicamente declaradas? 
 La Plataforma Independiente Españoles por España, Fuerza España lo tiene claro. El homenaje y el reconocimiento siempre será eterno, y la deuda imposible de pagar. El valor y el precio no son sinónimos.