Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


Pero ¿de verdad estamos todavía con lo de Franco?

05/01/2025

Apenas me podía creer que La Moncloa invitase al principal inquilino de La Zarzuela a participar, el próximo día 8, en el primero de los actos conmemorativos de los cincuenta años del inicio de la democracia, es decir, de aquel 1975 en cuyo final se murió Franco. Invitar a Felipe VI -que poco tuvo que ver con Franco, la verdad-a integrarse en un acto en el que se homenajea la muerte del dictador -porque en 1975, aquí de democracia, nada-me parece una especie de trampa saducea contra el jefe del Estado.

Porque la serie de actos conmemorativos de la 'democracia de 1975' montada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez me parece una estafa. Yo estaba allí cuando, en noviembre, pasé brevemente por la cárcel. En noviembre, repito, dos días después del fallecimiento de quien fue llamado el generalísimo; me acusaron de haber estado en medio de una manifestación a favor de la libertad de los presos políticos. En la Puerta del Sol, donde estaba entonces la Dirección General de Seguridad, nos amenazaron con torturarnos. ¿Democracia? Sánchez y sus asesores allí no estaban, no.

Me alegra mucho que ni el Rey ni otras fuerzas políticas se hayan sumado a la superchería. No creo que desde los ámbitos monclovitas o de Ferraz se atreva nadie a sugerir que Felipe VI está anclado a la peor memoria del peor franquismo -ah ¿lo hubo bueno?--, pero sí hay que constatar que el jefe del Estado no está para participar en actos que dividen aún más a las dos Españas. Lo del centenar de actos, comenzando ya este día 8, celebrando la llegada de la democracia es un fraude político, una maniobra preelectoral más montada por este Gobierno que ni las fechas históricas respeta, en aras de su conveniencia y de la imagen 'de izquierda' que, a base de estas cosas, quiere darse a sí mismo.

Como si no tuviésemos cosas más importantes en las que pensar; por ejemplo, en el futuro incierto que se nos abre en esta era del Cambio y los cambios. ¿Quieren honrar la democracia? Pues propongan un gran acuerdo para hacer más actual la Constitución, para respetar la separación de poderes y la seguridad jurídica, la libertad de expresión, la transparencia, el cumplimiento de la legalidad y la lucha contra las corruptelas. A eso sí que nos apuntaríamos muchos, a los que estos actos institucionales nos importan un pimiento. Pero de esto último ya ni se habla en esta España del fingimiento.

Que, a estas alturas, se siga esgrimiendo el espantajo de aquel Caudillo al que ya nadie visita en su último albergue del cementerio de Mingorrubio me parece un síntoma más de la degradación moral de nuestra política. No he visto a nadie precipitarse a las calles reclamando tales acciones 'conmemorativas'. Ni siquiera desde la Fundación que pretende honrar su nombre, el de Franco, digo, salen ya a defender su memoria, inexistente para más de la mitad de los españoles, que no tuvieron la mala suerte de vivir aplastados por sus botas.