José Luis Díaz Sampedro

José Luis Díaz Sampedro


La conquista de la libertad

01/04/2024

Se entiende la libertad como la capacidad de tomar decisiones sin que nada ni nadie me las pueda coartar. Por eso las sociedades capitalistas unen con tanta frecuencia la libertad al estatus económico. Pero ¿son las personas más ricas más libres?. ¿Cómo es posible que entre los que aparentemente pueden conseguirlo todo abunden los insatisfechos, los adictos, los inestables o los suicidas? Ser sanos, fuertes, acaudalados e inteligentes no tiene por qué ser sinónimo de alcanzar la libertad.
La persona libre es aquella que es capaz de tomar decisiones a pesar de los condicionamientos externos, sean éstos buenos o malos, adversos o beneficiosos. Si tengo lo que quiero, si he nacido en la abundancia material, si tengo un físico espectacular y un intelecto poderoso, aunque lo tenga todo algo más fácil, tendré mayores dificultades para enfrentarme a la contrariedad. Aquí está la paradoja: es imprescindible sufrir limitaciones. 
Las personas libres evitan absurdos subidones sentimentales que tan poco duran y tan poco aportan. No piensan lo que les da la gana. Aceptan la realidad tal y como es. Entienden que el mundo, las circunstancias y la época que les ha tocado vivir son las mejores de la historia porque son las que ellos tienen que protagonizar. Para ello es imprescindible disculpar las intenciones ajenas, perdonar el mal que uno padece o relativizar el sufrimiento al que uno se enfrenta.
El hombre libre entiende que es responsable de sus éxitos, pero también de sus fracasos. Descubre que la libertad no tiene mucho que ver con hacer lo que me apetece en todo momento, ni en comer lo que me gusta, ni en viajar a donde me plazca. La libertad tiene mucho que ver con elegir lo correcto, los auténticos valores universales: el Bien, la Verdad, la Belleza, la Unidad. El hombre libre ha conseguido aceptar la frustración como parte del camino. Ha entendido que hay que vivir una cierta pobreza para ser realmente rico. Ha vivido en sus carnes que hay que padecer algún tipo de enfermedad para descubrir la importancia de la salud. Ha comprendido que es imposible alcanzar la libertad en la soledad. La persona libre vive enamorada de la vida y también de sus iguales. Por eso hay mucha más felicidad en dar que en recibir y que pocas acciones nos hacen más libres que aquéllas que tienen como único fin aliviar el sufrimiento de los demás.
(Extracto del artículo publicado el 15-1-2024 por el Dr. Luis Gutiérrez Rojas)