Llega un Nuevo Año y tal acaba empezará. En un país donde todo es posible, los escándalos políticos se multiplican. Se insultan y despellejan sin más interés que el propio. Los subalternos en tromba salen en defensa de lo indefendible. Informativos y prensa en general dedican más del 80% a esclarecer picarescas patrias y el periodismo de la buena información, recibe toque por ello. El Congreso es un mercado persa: chantajes, intrigas y aguinaldos sin ningún control surgen entre nuevas tretas por las que nadie paga. Los compromisos con el separatismo es causa preferente del Gobierno. Aun así, la portavoz de Junts avisa: «No va a haber estabilidad en el Gobierno si no cumple» (risitas; de ella) Bien saben que seguiremos en sus manos; en las de los 7 gatos que no hemos votado. Pues estos filántropos, ya han conseguido que en su presencia desaparezca la lengua oficial que todos hablamos y entendemos por la ruin pleitesía, que rinden a quienes la odian y obligan a subtitularla. Esta clase de política convierte a la sociedad que está en compás de callada en auténticos parias. Y si alguien faltaba, hasta el secretario sindical de UGT ha ido a entrevistarse con Puigdemont en lugar de recabar dónde están los dineros de muchos obreros. Al final, todos, son simples palmeros del separatismo insaciable. El pasado 19 Bruselas situaba a España por sus indicadores de pobreza en zona «crítica de exclusión» Que el PIB vaya en ascenso sin corregir las rentas más precarias es señal de alarma pues crece en cantidad y no en calidad al recalar en los mismos bolsillos. Y los impuestazos de los que se habla, ya aguardan el pistoletazo para entrar en las zonas más pobres; Robin Hood, lo haría al revés. Hablar en términos de bonanza cuando hay tantas familias en crisis continua; largas listas de espera en Sanidad; estudiantes que no tienen noción de una suma; gente sin faena ni casa…Pero Sánchez, comunica que se reunirá con Puigdemont y Feijóo, el prudente lleva más de un año sin un encuentro. Un gobierno que no cree en la igualdad de todos sus ciudadanos, vivirá feliz, pero sin conciencia: no la necesita. 2025, danos cordura.