Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Camareros

25/07/2024

Se quejan los hosteleros de Aranda de Duero que la falta de camareros es un problema. Falta mano de obra; de una parte, falta gente. De otra, falta gente cualificada. Y además, falta personal legalizado, «con papeles». ¿Resultado? El servicio se resiente, las aglomeraciones se generalizan y escasea la atención durante el Sonorama. Se trata de un caso extremo de un problema, más que evidente en verano, pero presente durante todo el año: el mal llamado 'mercado del trabajo' es incapaz de conseguir que la demanda de clientes en la hostelería sea atendida cumplidamente. Un severo desajuste.
Dicen los que entienden que se trata de un fallo 'multiorgánico', un crisol de múltiples factores cuyas consecuencias son los constantes carteles de «se necesita camarero». Por no hablar de los cocineros, que los restaurantes se los rifan. Que el cocinero se vaya de repente a otro establecimiento es una desdicha que le amarga a más de uno en plena actividad.
Este severo desajuste es más preocupante si cabe porque se trata del sector servicios, tabla de salvación de tantos territorios como el nuestro. Y lo es además porque no se trata de un problema nuevo y por tanto, podría decirse que se está enquistando. Y porque en el futuro tendremos más necesidad de turismo y de visitantes durante todo el año para sostener la actividad en amplias zonas de España y, por lo tanto, éste es un asunto capital.
Podríamos declarar una suerte de 'emergencia nacional' para revaluar la importancia y la pertinencia de estas profesiones, demasiado postergadas a una especie de último recurso para aquellos que no tienen cualificación u otro trabajo. Hay que acabar de una vez por todas con este lastre conceptual porque, queda claro, que cada vez vamos a necesitar más y mejores. Y una reflexión final: ¿cómo que no tienen papeles? ¿No será el momento ya de empezar a darles oportunidades a aquellos que las buscan en buena lid en un sector tan necesitado de mano de obra eficiente? A ver si abrimos el debate, que lamentablemente nos encontramos con problemas reales de los que no solemos hablar.