La devoción por la Virgen de la Piedad quedó ayer más que ratificada y simbolizada en la aureola que el obispo emérito de la localidad boliviana de Tarija, Javier del Río Sendino, utilizó para confirmar la coronación litúrgica de la talla.

La eucaristía celebrada en la catedral, enmarcada en la coronación de la titular de la Hermandad Franciscana de la Santísima Virgen de la Piedad, del Santo Cristo Señor de la Vida y de la Muerte y de San Francisco de Asís, fue un acto en el que se manifestó la devoción a la virgen homónima de la congregación, reconociéndola así como reina espiritual. 

«La coronación es una deuda de siete años.Es algo que nunca se pensó y ahora se hace posible», declaró a Diario Palentino el hermano mayor de la hermandad, Víctor Lafuente.

La congregación coronó litúrgicamente a su otra imagen mariana, la Virgen de los Ángeles, en el año 2017, el mismo día de su bendición.Desde entonces, el «anhelo» de La Piedad pasaba por hacer lo propio con su talla homónima. «Llevamos más de un año trabajando por ello», aseguró Lafuente, quien vio este acto como una forma de «retomar la devoción que desde el principio ha estado en la hermandad y así reconocer a su titular». 

Este acto fue el punto y final al triduo dedicado a La Piedad entre el jueves y el sábado, cuando se celebraron sendas eucaristías en la iglesia penitencial de San Agustín, sede canónica de la hermandad. El jueves, tras la misa, se presentó la aureola que ayer fue colocada sobre la talla; el viernes, se llevó a cabo la bendición e imposición de medallas a los nuevos hermanos de la hermandad, así como la distinción a aquellos que acumulan a sus espaldas 25 años de pertenencia; y el sábado, día antes de la coronación, se llevó a cabo el traslado de la imagen a la seo. «La Virgen de la Piedad se celebra el 15 de septiembre, y nos parecía una buena época para dar a la talla la real fe que queremos para ella», explicó. 

Recordar que la imagen fue intervenida y preparada a comienzos de año. El 9 de enero fue trasladada a Horche, en Guadalajara, donde sus propios autores la vaciaron para reducir su peso y mejorar así las maniobras de manipulación y montaje. Por otro lado, se llevó a cabo la reintegración de su policromía y, por último, la instalación de unos pernos para su coronación.