La mordedura del perro (el cual todavía no se ha localizado), que provocó la muerte a un hombre de 78 años en la localidad de Barrios de la Vega, pedanía de Villaluenga, situada a 6,5 kilómetros de Saldaña a consecuencia de la hemorragia interna de las heridas producidas en en el cuello, mientras paseaba por la localidad, es uno de los ejemplos de las dificultades de convivencia que algunas veces se pueden tener entre los animales y las personas.

Otros ejemplos de sucesos parecidos pueden ser del vecino de la capital que formuló una denuncia en la Comisaría Provincial de la Policía Nacional tras haber sufrido una mordedura que le causó daños en el antebrazo y dorso de la mano izquierda por parte de un perro en el camino de la Carbajala o la mujer que paseaba con su perro por la calle Francisco Vighi que resultó herida en una mano tras sufrir un mordisco de la mascota de otra persona que también paseaba por la zona. También el vecino de Tariego de Cerrato que denunció ante la Guardia Civil haber sufrido la mordedura de un perro mastín o el pitbull de su expareja que mordió a una mujer en la capital.

Según los últimos datos de la Policía Local, se interpusieron un total de137 denuncias a propietarios de perros durante el año pasado, las cuales se saldaron con la identificación de 66 personas debido a que los animales carecían de la documentación exigida y de 38 porque los canes iban sueltos o sin bozal.

No son números habituales, ya que tal y como advirtió el jefe de la Policía Local de Palencia, Isidoro Fernández, estos números suponen «un incremento de las actuaciones en materia de control de la tenencia de animales» respecto a años anteriores. Así, las sanciones por perros sin documentación han crecido un 8%; y las de por llevar sueltos o sin bozal, un 4%. 

La unidad de la Policía encargada de que se cumpla la ordenanza que regula la tenencia de animales en la ciudad es la de Medio Ambiente, que localiza y denuncia en la medida de lo posible todas las acciones relacionadas con los perros, como el control del censo canino y la confección de informes para la concesión de licencias para la tenencia de perros potencialmente peligrosos (PPP), lo cuales sumaron 130 a lo largo del ejercicio pasado.

En relación con el censo canino municipal, en el año 2023 se dieron 224 altas nuevas (200 en 2022) y 64 bajas por diferentes motivos (68 en 2022). En la actualidad, hay registrados 5.963 perros, de los que 185 tienen la condición de perros potencialmente peligrosos, es decir, pertenecen a las razas Akita Inu, American Staffordshire Terrier, Dogo Argentino, Dogo del Tibet, Fila Brasileiro, Pit Bull Terrier, Rottweiler, Staffordshire Bull Terrier y Tosa Inu. Estos canes tienen características morfológicas que les hacen capaces de causar la muerte o lesiones a las personas o a otros animales y daños a las cosas, con independencia de que un ejemplar sea agresivo o no.

Por ello, la mejor solución para evitar que además de las mordeduras, puedan ser contagiados de alguna enfermedad, es la vacunación. La rabia, es una de las enfermedades más peligrosas tanto para los perros como para las personas. 

La tasa de mortalidad en el ser humano una vez manifestada la enfermedad es del 99 por ciento. Es vírica y afecta al sistema nervioso central. La infección en humanos normalmente se produce por la mordedura de un animal infectado ya que el virus está presente en la saliva. Cualquier otro contacto con una especie sensible a la rabia como, por ejemplo, un rasguño profundo con hemorragia y una lamedura sobre piel y mucosa en un lugar donde está presente la rabia debe tratarse con precaución. En los países desarrollados la transmisión se produce normalmente a través de las mordeduras de los perros. No se ha documentado transmisión de persona a persona, según el informe del Ministerio de Sanidad.

Veterinarias. Desde la clínica veterinaria KironVet de Palencia explican que esta enfermedad se puede transmitir a personas a través de la mordedura de un animal infectado, pero los profesionales solo lo recomiendan la vacunación humana cuando la exposición a esta enfermedad es extremadamente grande. «En la administración hay un protocolo establecido para las mordeduras de perro o gato. Tienen que estar en un período de cuarentena cuando ha habido algún tipo de agresión, los sanitarios lo comunican a la administración para saber de quién es el animal que ha mordido y se sigue un protocolo, tiene que pasar la cuarentena por si hubiese alguna complicación» cuenta Rosa Gregorio. 

A pesar de que otros animales como los hurones o los gatos también pueden contraer la enfermedad, Gregorio no ve necesario vacunar a otros animales. «Los gatos tampoco salen al campo, la rabia hay casos muy aislados y sobre todo viene procedente de la zona de Marruecos, los últimos casos se han contagiado con mordeduras de murciélago». «Un gato con la idea que tenemos de gato, de que no salen de casa a penas es muy complicado que se lleguen a contagiar» concluye.

«La vacunación es muy importante porque la rabia en perros es mortal»

Según Rosa Gregorio la vacuna es obligatoria en Castilla y León para los perros desde los tres meses

La clínica veterinaria KironVet de Palencia explica que ya no existe la campaña que se realizaba en las clínicas por lo que no hay una fecha específica de vacunación. «Nosotros vacunamos a lo largo del año», explica la veterinaria Rosa Gregorio. «Es verdad que antes en los ayuntamientos de los pueblos sí que había campañas a tráves de veterinarios que la admisnistración cogía, con contratos temporales, pero ahora ya no se sigue haciendo», comenta.

En España son las comunidades Autónomas son las que deciden las estrategias de vacunación frente a la rabia siendo obligatorio en todo el territorio nacional a excepción de Galicia y Cataluña. «En Castilla y León es obligatoria por lo que vacunamos todos los años a los perros desde los tres meses de edad» comenta Gregorio.

«Los perros se vacunan porque es una zoonosis que es mortal porque ha habido algún caso, pero son ha sido por una importación del virus, de algún animal que ha sido infectado procedente del norte de África. Todos los años existe algún caso por eso es obligatoria la vacuna», concluye Gregorio.

El protocolo a seguir en el ataque de un can

Los expertos coinciden en recomendar ante el posible ataque de un perro que es importante «mantener la calma» y evitar «gritar o huir, ya que empeorará la situación». En su lugar, es recomendable «hacerse lo más pequeño posible y asegurarse de que el perro pueda ver nuestra cara». Cubrirse la cabeza y los brazos con una chaqueta o un jersey para protegerse de los dientes del perro es otra medida recomendable. Pero, en el caso de que el ataque ya sea inevitable, golpear en la nariz y el morro del perro con el puño puede hacer que retroceda o, en el peor de los casos, conseguir que libere su agarre, momento que hay que aprovechar para alejarse y pedir ayuda. Nunca debe darse la espalda al can porque no se sabe cuándo seguirá atacando o se detendrá, pero  nunca perderlo de vista.