La trigésima edición del Encuentro Internacional de Artes de Calle (ARCA) de Aguilar de Campoo bajo ayer el telón con buen sabor de boca y contando los días que faltan para la siguiente edición. La localidad galletera disfrutó del buen hacer de los artistas que transformaron plazas y calles en lugares para soñar y reír, algo que no se produjo en los últimos días por casualidad.
Este certamen, que comenzó a celebrarse en las fiestas patronales en honor a SanJuan y SanPedro de 1995, es el más veterano de los que se celebra en Castilla y León y uno de los más longevos de España. Dicen que la veteranía es un grado y, en este caso, el paso de más de 400 compañías de los cinco continentes por el municipio norteño a lo largo de tres décadas ha facilitado que el público conozca lo que es bueno y de calidad y sepa separarlo de las copias de escaso valor. Este conocimiento por parte de los espectadores provoca que la organización tenga que esmerarse cada año más para lograr sus aplausos, que es la forma que tienen para dar su aprobado o suspender. Alguno dirá que por educación y civismo siempre se dan palmas, pero si la actuación ha sido de sobresaliente suenan de otra manera.
Además, en una provincia como Palencia (y si cerramos más el círculo, en una localidad que no llega a los 7.000 habitantes comoAguilar), la teoría de los seis grados de separación (la que afirma que cualquier persona del planeta está conectada con todas a través de cinco intermediarios) se reduce a la mínima expresión y es muy fácil que un aficionado a la cultura hable con el responsable del festival y le dé su opinión sobre los espectáculos que ha programado. Así lo reconoce el director, Jorge Sanz, quien asegura que el público quiere calidad. Y cuando se le da calidad, el público responde. ARCA, cuyos entresijos fueron grabados en el documental de Cristina Herrero y difundido en el festival, es un ejemplo para otros festivales en la provincia.
De hecho, sería interesante que hubiera más festivales culturales de buena en la provincia. Ya hay citas dignas de alabar a lo largo y ancho de Palencia (y que quizá merecen una mayor difusión), pero siempre es bueno que haya más. Es cierto que es muy complicado llegar a lo que ha llegado ARCA porque la labor de 30 años no se puede conseguir de rápidamente en dos, pero siempre hay que buscar la excelencia para que los palentinos podamos disfrutar de más eventos culturales de mayor calidad.
De esta manera, con eventos de mayor calidad, sabremos distinguir lo bueno de lo malo y hacer que los programadores tengan que esforzarse más. Y eso es bueno para todos.