¿Es posible que se repitan en Palencia los devastadores efectos de la DANA en Valencia, a pesar de los más de 600 kilómetros que separan a ambas capitales de provincia? Una semana después de la tragedia, la respuesta es sí, a tenor de los oportunos informes emitidos por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Resto Demográfico (Miteco) y la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).
En concreto, según la Evaluación Preliminar del Riesgo de Inundación (EPRI) elaborado por la CHD, en la provincia existen 37,8 kilómetros de ríos con alto riesgo de inundabilidad y 530 kilómetros de zonas inundables a lo largo y ancho de la geografía palentina.
Estos se dividen en dieciséis áreas, siendo los de mayor longitud los tramos de peligrosidad ubicados en los términos municipales de Palencia (4,55 kilómetros), Villamuriel de Cerrato (9,13), Guardo (4,24), Cervera de Pisuerga (5,19)y Aguilar deCampoo, que suma 2,11 kilómetros.
Cervera de PisuergaEn este estudio, el organismo de cuenca pone el acento en los diferentes tramos de la provincia teniendo en cuenta factores como las lluvias, los corrimientos de tierra o las roturas de presas que, según consta en el informe, pueden constituir la causa de graves avenidas. «El factor fundamental del riesgo viene determinado por la actividad antrópica que ha generado la vulnerabilidad que los bienes y personas presentan en cada zona, así como el grado de exposición», indica el estudio.
Factores como el uso del suelo, la distribución y densidad de la población, el valor de los bienes afectados, los servicios esenciales o el planteamiento urbanístico a corto plazo también son tenidos en cuenta por laCHDen este análisis pormenorizado de los riegos que corre la provincia palentina.
Es precisamente este informe en el que se basa el Miteco para la elaboración del Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables (Snczi), que recoge los posibles escenarios de inundaciones en los municipios de la provincia de forma interactiva en períodos de carencia de 10, 50, 100 y 500 años. A grandes rasgos, la probabilidad de que se produzcan este tipo de fenómenos meteorológicos extremos.
Aguilar de CampooTRAMO A TRAMO
Poniendo el foco en el río Carrión, destaca sobremanera el municipios de Guardo, con un total de 4,24 kilómetros. En este punto, cabe destacar que el casco urbano está ubicado en el medio de un valle repleto de arroyos canalizados a su paso por el pueblo que confluyen en el río, lo que ha provocado episodios de inundaciones en más de una ocasión.
A la villa minera se suman también Saldaña (3,69 km), Villalba de Guardo (740 metros) y Manquillos-Perales (960 m). A ello habría que sumar en la zona sur el tramo de 9,13 kilómetros desde Calabazanos hasta desembocar en el Pisuerga a la altura de Dueñas y los 4,55 de la capital, donde los problemas derivan del arroyo de Villalobón.
SaldañaEn lo que se refiere a la ribera del Pisuerga, caben atención especial 1,4 kilómetros en Dueñas, 2,11 en Aguilar de Campoo y 3,03 en Cervera de Pisuerga. En esta última localidad también hay que poner el foco en 2,16 km del río Rivera. A este respecto, el alcalde cerverano, Jorge Ibáñez, reconoce que las presas ayudan a regular las masas de agua.
El listado lo completan ríos de menor entidad, pero que también comprenden sus riesgos. En este grupo figuran el Valdeginate en Castromocho (820 metros), el Valdavia en Osorno (1,33 kilómetros), el Boedo igualmente en Osorno(2,08 km), el Camesa en Canduela (520 metros), el Camesa en Quintanilla (460 m) y el Lucio en Puentetoma (590 m), siempre de acuerdo a la información recogida en el EPRI, cuya publicación se remonta al año 2011.
RIADAS HISTÓRICAS
La CHDtomó como referencia para elaborar el EPRI el Catálogo de Inundaciones Históricas de la Cuenca del Duero, que vio la luz en la década de los ochenta y cuyos datos van desde 1229 a 2010. Como resultado de las investigaciones, se catalogaron 297 inundaciones en la cuenca del Duero, de las que 278 ocurrieron a lo largo de los 500 últimos años, según reza el citado estudio, al que ha tenido acceso Diario Palentino.
A tenor de la información del mismo, el Valdeginate sufrió veinte avenidas importantes, en el Pisuerga tuvieron lugar 29 y en el Carrión fueron 19. De todas ellas, 17 se saldaron con víctimas y en el resto provocó daños en infraestructuras y tierras de cultivo, como ya publicó este periódico.
La primera referencia expresa de la provincia se remonta a diciembre de 1927, año en el que se produjo una importante inundación. Según recoge el informe, la riada inundó las huertas ubicadas en las afueras de la capital y los muebles, efectos de labor y enseres de algunas casas fueron arrastradas por la corriente. Asimismo, en Husillos, Monzón y Carrión también causó graves daños en diversas fincas y muchos vecinos tuvieron que pedir auxilio refugiados en los tejados.
De igual forma, el río Ucieza se desbordó entre Frómista y Piña de Campos; y el Valdeginate penetró en las calles de Cisneros y Frechilla, cuyas calles quedaron cubiertas por las aguas. También se vieron afectados oblación de Campos, Castrillo de Villavega, Villada y Saldaña.