Cuando el periodista Luis Cabañes Salvador entró por primera vez en la redacción de El Diario Palentino - El Día de Palencia (el nombre que apareció en la cabecera hasta 1998) se llevó una gran sorpresa. Eran las cinco y media de un veraniego día de 1992 y se encontró con que solo estaba el director, Mariano Valero Gutiérrez. En ese momento, se enteró de que el decano de la prensa palentina todavía era vespertino y que los horarios eran diferentes a los que tenían en otros medios de comunicación. Aun así, el responsable le invitó a quedarse en el viejo edificio, que estaba situado en calle Mayor 67. «Me miró un poco raro y me dijo: este periódico sale por la tarde, pero siéntate ahí», admite.
Fue, como el mismo comenta, «una entrada un poco rara», aunque para ser justos, esto tiene una explicación. Procede de Madrid (ciudad en la que estudiaba la carrera) y reconoce, pese a que toda su familia era palentina (la materna de Herrera de Pisuerga y la paterna de Espinosa de Cerrato), que no había visitado mucho la provincia. Por tanto, la etapa de formación a orillas del Carrión le sirvió para adentrarse en el mundo de la comunicación y para redescubrir la tierra de sus orígenes, a la que se enganchó desde entonces. «El hecho de tener familia y raíces en Palencia fue lo que me llevó a pedir las prácticas en DP y tuve la suerte de que me las concedieran. Desde que pisé la redacción me siento más palentino que madrileño.A día de hoy, todos los días leo el Diario», presume.
Al estío de los Juegos Olímpicos de Barcelona le siguieron otros dos más, también de becario, donde hizo «un poco de todo, como todos». Recuerda que el proceso para elaborar el periódico era muy «manual» y que la redacción «era muy diferente a la actual». «Estaba en la primera planta, encima de la rotativa. Podías ver a los operarios y olía a tinta», rememora Cabañes, que también tiene guardados en su memoria los primeros días de prácticas, esos en los que se toca por primera vez la realidad. «Llegas de la facultad pensando que vas a hacer grandes reportajes, entrevistas y artículos de opinión y durante las primeras semanas me dejaron una columna enorme para poner los programas de fiestas de los pueblos.Me llené de vinos españoles, homenaje a nuestros mayores y concursos de bolilleras», explica.
Con el paso de tiempo sus tareas fueron cambiando. Los artículos que fue elaborando los fue recortando y los guardó en un álbum.Además, declara que le hizo especial ilusión escribir sobre Festival del Cangrejo de Herrera y que esta información se la enviaba a su madre para que «se sintiera orgullosa de que su hijo cubría las fiestas de su pueblo». Como un guiño a su familia materna, comenta que esos textos los firmó comoL.Salvador, pese a ser su segundo apellido.
GRANDES APOYOS. La rara mirada inicial que le dedicó Gutiérrez en su primer día se transformó en apoyo durante su trayectoria en el DP, de ahí que Cabañes lo considere con uno de sus maestros en el mundo del periodismo. «Le guardo muchísimo cariño. Fue mi gran director en Palencia. Estuvo durante mis veranos de prácticas y en mis primeros años como parte de la redacción», asegura.
En este punto declara que, por lo general, se sintió respaldado y arropado por todos los periodistas de la casa «desde el primer día», incluso más allá de lo puramente profesional. Cita nombres como Gonzalo Ortega Aragón, Pedro Miguel Barreda,Jorge Cancho,Carlos Martín Santoyo y, especialmente, Sonia Arnuncio. «Fue una ayuda inestimable y nunca le podré estar agradecido. Fue una de las personas que más me enseñó», detalla.
De hecho, destaca que su paso por DP fue un «período maravilloso». «No tengo más que buenas palabras de aquella época. Volvería con los ojos cerrados», sentencia. «Yo estudiaba periodismo para ser corresponsal de guerra o hacer grandes reportajes, pero me di cuenta de la importancia que tiene el periodismo local y de lo difícil que es hacer un periódico de la primera página a la última», opina el periodista, que en 1994 se incorporó a la plantilla.
En el plano formativo, explica que unas prácticas en un diario local ayudan a que el periodista tenga una visión«todoterreno» y que no esté encasillado en una sección. «Hoy haces una crónica de tribunales y otro día las entrevistas de los toros en SanAntolín. Es una escuela por la que tendrían que pasar todos los periodistas cuanto antes. Te enseña lo que es de verdad el periodismo. Yo no hubiera tenido la carrera que he tenido ni sería la persona que soy ahora sin aquellos años de prácticas en DP», concluye.
¿QUIÉN ES? Madrileño de ascendencia palentina, fue becario en Diario Palentino durante los veranos de 1992 a 1994. Posteriormente se incorporó como trabajador y, tras la adquisición del decano de la prensa provincial por parte de Promecal, se desempeñó enDiario de Burgos, DP(de nuevo) y Diario de Ávila. A continuación dio el salto a la comunicación corporativa. Tras pasar por diferentes empresas recaló enBBVA hace 17 años. Actualmente, es el responsable de comunicación del departamento de Auditoría Interna.