No es la primera vez porque hace dos años fue la calefacción averiada con el invierno de por medio y, ahora, desde el pasado mes de mayo -cada vez que llueve con cierta intensidad y se acumula agua en zonas con desagües sin mantenimiento- la clínica de Aspaym en los bajos del estadio de fútbol vuelve a ser  noticia. Ya no hace frío, muy perjudicial para personas con problemas óseos, pero las goteras y la humedad acumulada las sufren un día sí y otro también los pacientes y trabajadores. Tirando de sarcasmo, la instalación municipal en alguna ocasión más bien se pareció a una piscina -pero sin efecto terapeútico alguno- que a un lugar para rehabilitar lesiones de médula ósea, ictus y otro tipo de patologías.

«Cuando no es una deficiencia es otra. Me consta por compañeros que desde 2020 ya se venía dando el problema de las goteras, aunque eran más pequeñitas, lo que se notificó al Patronato Municipal de Deportes y nunca se reparó nada ni se dio solución alguna. En octubre, nos hemos visto obligados a cerrar seis días completos, mañana y tarde, con180 pacientes sin atender.  Ya no son solo las pérdidas económicas, sino de atención en fisioterapia y rehabilitación de personas que no vienen a la clínica por gusto, sino por necesidad», precisa a DP Paula Ledesma, trabajadora social de Aspaym.

avisos sin soluciones. Esta empleada añade que alertó al Ayuntamiento sobre la existencia de goteras graves  tanto en la entrada como en el gimnasio. «Varios técnicos y la arquitecta municipal vinieron en mayo y regresaron en septiembre y algo se podría haber hecho en este tiempo, pero no ha sido así», indica.

Pacientes y empleados de Aspaym, seis meses entre goterasPor su parte, Francisco Javier Ramos, fisioterapeuta y rehabilitador, también se muestra claro. «Las goteras y humedades son inconvenientes muy serios. Casi el 80% de los pacientes son crónicos y necesitan una rehabilitación constante. Interrumpir el tratamiento es perder esa calidad de vida buscada», desgrana. Al respecto, añade que «es desolador» llegar un día sin saber si se podrá abrir al siguiente si llueve en exceso. «Incluso cuando caen cuatro gotas esto se inunda totalmente», dice.

 Merche Gallardo  es una de las pacientes veteranas del centro rehabilitador que tiene Aspaym en la capital. «Hace dos años tuvimos que estar con estufas y  no nos hacen caso desde el Ayuntamiento a las personas que estamos con dificultades y venimos a que nos traten. Además, los aparcamientos para minusválidos a la puerta han tardado dos años en  pintarlos desde que se solicitaron», apunta. De similar opinión es Inmaculada, Diez . «Nos hemos visto obligados a faltar mucho tiempo y lo que perdemos no lo volvemos a recuperar al tener patologías que van a peor si no se rehabilitan a diario», explica.

José Luis Meléndez, otro de los usuarios, se mostró concluyente. «Tengo una lesión modular grave. Mi día a día es venir aquí para poder andar y esa es mi ilusión. En el hospital nos prescriben solo10 sesiones y el único recurso que hay en Palencia es el que ofrece Aspaym», detalla.

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