En el Día Mundial del Pan, una provincia como la de Palencia, con un sector de la panadería que se remonta a siglos atrás y que representa un pilar fundamental de la economía local además de una expresión cultural que merece ser valorada y difundida, la Asociación Provincial de Fabricantes de Pan con la colaboración de Cetece y el apoyo de la Diputación organizó actividades como el reparto de fabiolines, en torno a unos 750 elaborados por panaderías de la Asociación Provincial de Panaderos y Cetece, junto a una experiencia interactiva gracias a taller en el que los asistentes pudieron conocer la historia de la fabiola de Palencia y disfrutar de este delicioso producto.
El presidente del Cetece, Javier Labarga, lanzó ayer el mensaje de que «el pan artesano cada día es más sano, sostenible y digerible». «Son 26 años en Palencia siendo un centro tecnológico líder a nivel nacional en alimentación, en el sector de transformación de los cereales, y dentro de las patas que tiene, investigación, formación y asesoramiento, donde más ha crecido el Cetece los últimos años, es investigación», dijo, y añadió que «el sector de la panadería y la pastelería está permanentemente innovando». Respecto a la marca de garantía de la fabiola de Palencia, Labarga considera que «hay un después, pero desgraciadamente no como nos gustaría». «Creo que todas las partes, y es una crítica constructiva, tienen que apoyar. El sector de la panadería tiene que creer que el producto que vende está reconocido y, por lo tanto, posee un valor añadido; el consumidor tiene que reconocer también que hay un esfuerzo importante en la elaboración que hay que valorar. Cuando eso se conjugue tiene que estallar, porque es un producto extraordinario», concluyó.
El presidente en funciones de la Asociación Provincial de Panaderos, Isaac de Prado, ensalzó el pan artesano, su «alta calidad» y la forma de trabajar en la provincia del sector, económicamente «muy importante». Lanzó un mensaje de esperanza a asociados, para que «no se desanimen, porque hoy mantener un negocio es un logro y exige un gran sacrificio». Señaló que no se encuentra gente que quiera trabajar y tampoco formada, «aunque gracias al Cetece esto se está corrigiendo un poco, pero lo difícil es que lleguen a nuestros obradores» y alabó el apoyo de la Diputación.