San Salvador de Cantamuda se convirtió ayer en punto de encuentro de los ganaderos y curiosos de la Montaña Palentina y la vecina comunidad de Cantabria -son muchos los que cruzan el puerto de Piedrasluengas cada año- en el marco de la tradicional Feria del Caballo de La Pernía.
Los equinos de la raza hispano- bretona fueron el gran reclamo de una jornada que cabalga a medio camino entre lo festivo y lo laboral, pues en este enclave entre cumbres se realizan cada año la compra de numerosos ejemplares entre caballos, yeguas y potros.
Animales de extraordinaria belleza que acapararon todas las miradas no solo de los ganaderos asentados en el territorio, sino de decenas de curiosos que se acercaron hasta este rincón de la provincia desde localidades del entorno como Aguilar de Campoo, Cervera de Pisuerga o Guardo.
Al trote y al galope entre las cumbres«Los protagonistas de este día son los ganaderos, que hacen un trabajo extraordinario», afirmó en declaraciones a Diario Palentino el alcalde perniano, Mariano San Abelardo. El primer edil, a su vez, puso en valor la importancia del ganado caballar en la economía local, pues son muchos los vecinos que se dedican a su cría en extensivo. Profesionales que, además, combinan este trabajo con el cuidado de vacas destinadas al consumo de carne.
LaFeria del Caballo de La Pernía incluyó también el reconocimiento a las ganaderías participantes y una degustación de carne de potro a la que puso música el grupo Piripi Folk. En total, se repartieron entre 80 y 90 kilos de una carne «desconocida» por el gran público que, a juicio de los paladares más exigentes, se caracteriza por su sabor delicado y suave, y su carne de color rosa claro.