Cuatro estudios madrileños se han interesado por llevar a cabo la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) o, lo que es lo mismo, el documento que marcará las actuaciones urbanísticas que debe seguir la Palencia de los próximos años.
A mediados del pasado mes de septiembre se reunió la mesa de contratación para llevar a cabo la apertura de los dos primeros sobres, según marca el proceso de licitación iniciado por el Ayuntamiento a principios de agosto. Las cuatros empresas que han presentado una oferta para hacerse con este contrato son C. Andrés + LL. Masiá -que concurre en Unión Temporal de Empresas con Grupo de Estudios y Alternativas 21 y Clothos-; Ezquiaga Arquitectura, Sociedad y Territorio -que figura con el apoyo de Jornet Llop Pastor-; Omicron-Amepro y otra UTE, la del Centro de Observación y Teledetección Espacial (Cotesa) y Territorio y Ciudad (TYC).
Todas ellas tienen en común que tienen su sede en Madrid. De hecho, la más vinculada a Palencia es la primera, C. Andrés + LL. Masiá, ya que fue el estudio que se encargó de llevar a cabo la revisión del actual PGOU, el de 2008, al frente del que están Carmen Andrés Mateo y Llanos Masiá González, arquitectas por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y técnicos urbanistas por el Instituto Nacional de Administración Pública.
La mesa de contratación dio de paso las cuatro ofertas, ya que los cuatro licitadores presentaron la documentación requerida. Acto seguido, se procedió a la apertura del segundo sobre, el que guardaba la documentación técnica cuya evaluación depende de un juicio de valor, la cual ya está siendo valorada por el Servicio de Planeamiento y Gestión Urbanística del Ayuntamiento. Por ahora, no consta fecha para la próxima reunión de la mesa, que deberá abordar la apertura del tercer sobre, el de la oferta técnica, y proponer a uno de los cuatro estudios para la adjudicación del contrato.
Cabe recordar que el Ayuntamiento está dispuesto a pagar hasta 847.000 euros a la empresa que resulte elegida para revisar el PGOU o, lo que es lo mismo, para adaptar el planeamiento de la ciudad a un diseño «moderno, vanguardista, sostenible y con nuevos desarrollos y sectores programados para su rehabilitación», tal y como lo definió en su día el concejal de Urbanismo, Álvaro Bilbao.
Una vez se elija a la empresa que debe llevar a cabo esta tarea, hay 26 meses, más de dos años, para que completar todas las fases de esa revisión del urbanismo de la ciudad. Según los cálculos del Ayuntamiento, el contrato se adjudicará antes de que acabe el año y en los primeros quince días tras la adjudicación, el equipo redactor debeá elaborar un programa de trabajo y un plan de difusión para informar a la ciudadanía. Los primeros cinco meses estarán dedicados a la preparación de una docena de documentos esenciales y otros dos más para desarrollar el documento de avance y someterlo a información pública, recogiendo propuestas ciudadanas.
La aprobación inicial del PGOU revisado está prevista para finales de 2026, meses antes de que finalice el actual mandato. Despué se deben realizar informes especiales y se espera que el documento final esté listo para su consiguiente aprobación. En todo caso, será la próxima Corporación la que vea finalizar este proceso.