Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Las amistades peligrosas

11/05/2024

Es habitual: cuando vienen mal dadas, aparecen los movimientos que demuestran que a nadie le atrae la cercanía con un personaje cuestionado. La cosa suele empezar con un leve distanciamiento, que avanza a medida que la situación se va convirtiendo en irreversible. Este guion, que se da en todas las profesiones y circunstancias, se nota en política más que en cualquier otra parte, probablemente porque en el mundo político los protagonistas tienen el foco permanentemente sobre sus cabezas.

Dos mujeres se encuentran hoy en clara situación de desafecto hacia su persona. Yolanda Díaz y Begoña Gómez.

La mujer del presidente cuenta con el apoyo de un marido que ha hecho confesión pública de estar "profundamente enamorado", pero se ha convertido en una amistad peligrosa. Su situación en la Complutense y en el Instituto de Empresa ya no es idílica, no le han renovado varios de sus patrocinios, tampoco su cátedra y master tiene cola para inscribirse y, lo último, Conpyme, la asociación de empresas medianas y pequeñas que amadrinaba y que consiguió que el ministerio de Yolanda Díaz incluyera en la Mesa de Diálogo Social, acaba de sufrir un varapalo cuando CEOE, Cepyme y UGT -sí, UGT- se levantó de la reunión de carácter internacional que había preparado el ministerio de Trabajo. Si eso ha ocurrido en un encuentro sin demasiado trasfondo, no es difícil adivinar qué puede ocurrir si se presenta en la mesa de diálogo social en la que gobierno, patronal y sindicatos debaten y deciden sobre cuestiones de máxima enjundia.

El varapalo a Conpyme iba directamente dirigido a Begoña Gómez y sus labores de intermediación entre el gobierno y algunos de los patrocinadores de sus cátedras y masters, y ya puede cruzar los dedos para que a la fuga de relaciones interesadas -no todas lo eran, seguro que había algunas sinceras- no se sumen investigaciones judiciales que, entonces sí, provocarían que Begoña Gómez fuera considerada persona con la que era prudente no mantener estrecha relación.

Situación muy distinta la que sufre Yolanda Díaz. Dejar tirada a Irene Montero, mujer de quien fue su mentor, defensor y promotor a las alturas, Pablo Iglesias, la ha convertido en "amistad peligrosa" desde hace tiempo, y a las pocas semanas de aquel acto triunfalista con el que Sumar se puso de largo con Jorge Javier como figura más celebrada, se inició el goteo de deserciones. Con Podemos como primer partido en anunciar que no compartía los fundamentos del partido que pensaba crear Yolanda Díaz. Hoy, tras el desastre gallego, y sobre todo tras la constatación de que la líder de Sumar no tiene ya hilo directo con Pedro Sánchez, que hace alarde de la escasa consideración hacia su vicepresidenta segunda y ni siquiera echa un vistazo a sus iniciativas, la soledad de Díaz es un hecho incuestionable.

Los errores se pagan. Y los malos pasos, la ingratitud y las maniobras que rozan la ilegalidad. El primer síntoma de desafecto llega cuando empiezas a ser vista "cuanto más lejos, mejor".