A veces mezclar sale bien, pero para ello hay que tener los conocimientos adecuados. Y no se puede dudar de que Natalia Crespo Lera los tiene. Su trabajo de fin de máster (TFM) en Gestión Forestal basada en Ciencias de Datos (Dataforest), que se imparte en el campus palentino de La Yutera de la Universidad de Valladolid (UVa), unía la ciencia forestal y la tecnología. El resultado final fue muy positivo, tanto que Crespo logró que su TFM, titulado Asignación automática de parcelas del inventario forestal nacional en municipios usando datos abiertos entrelazados fuera distinguido por dos instituciones: la Sociedad Española de Ciencias Forestales (SEFC), que le hizo entrega el pasado martes de uno de sus Premios Nacionales Universitarios, y el Instituto de Investigación de Aragón, que le concedió el Premio Pedro R. Muro Medrano.
Comenta que fue galardonada por la innovación de su propuesta. «La integración de datos forestales no se ha tratado mucho. He intentado mezclar lo que sé de ciencias forestales, por un lado, y la información y gestión de datos», explica la premiada, que previamente estudió un doble grado en Ciencias Ambientales e Ingeniería Forestal y en estos momentos forma parte del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (iuFOR) como estudiante de doctorado. «Primero lo mandé a la SEFC porque es mi ámbito de estudios y, después, uno de mis tutores, que era de Telecomunicaciones, me dijo que lo mandara al otro porque reconocía el trabajo con datos abiertos y era lo que había hecho», añade.
En concreto, en su trabajo, recogió datos del Inventario Forestal Nacional (INF) -«que están muy dispersos y es difícil trabajar con ellos», asegura- y los trató de manera que puedan utilizarse de una forma más sencilla. «Hay mucha información de especies y de diversidad de toda España, pero es complicado hacer análisis con ellos», comenta. Ante esta situación, Crespo integró los datos del INF de toda España con los límites municipales y, de esta manera, se pueden trabajar con ellos a nivel local y extrapolar a otras demarcaciones.
Para demostrar su funcionalidad, utilizó como ejemplo el parque nacional de los Picos de Europa, que comparten once municipios de Castilla y León, Asturias y Cantabria. «Hice un caso de estudio para ver mejor su aplicación. Al estar divididos los datos por provincias, cuando quieres analizar un estudio interprovincial es difícil porque hay que descargarse multitud de archivos. Pero al unir nosotros todos los datos con los límites municipales se puede filtrar la información aunque sea de diferentes comunidades», asegura Crespo, que habla de la Sierra de la Demanda como otro de los posibles lugares para aplicar también su TFM al encontrarse en diferentes provincias.