Las autoridades de Islandia han relajado los niveles de alerta en torno a la ciudad de Grindavik ante una posible erupción volcánica y, aunque siguen advirtiendo del riesgo de una salida de lava, consideran que por ahora no hay indicios de que pueda producirse de manera "repentina".
La agencia meteorológica de Islandia ha detectado en los últimos días una reducción de la actividad sísmica asociada al túnel de magma que discurre bajo la superficie y que podría estar ya "parcialmente solidificado", como han expuesto los expertos en su último boletín. Siguen considerado que existe una alta posibilidad de que haya por tanto erupción, pero sugieren que antes habría algún indicio.
Este nuevo análisis ha llevado a las autoridades a revisar el nivel de alerta y a suavizar las restricciones de acceso en Grindavik, una localidad de unos 3.400 habitantes que fue evacuada este mes ante el riesgo de quedar sepultada bajo la lava. A partir de las 11.00 horas de este jueves, se aplicará un nuevo escenario que permitirá a los vecinos acceder a la zona entre las 9.00 y las 16.00.
Los ciudadanos aún deberán registrarse para poder acceder, teniendo en cuenta además que las medidas se irán revisando periódicamente y cambiarán en función de las circunstancias. La nueva orden también contempla a Grindavik del acceso de los medios de comunicación.