La semana pasada finalizaron las clases presenciales en la Universidad de Valladolid. Este cuatrimestre he impartido la asignatura Crecimiento y ciclos económicos, en la que explico por qué se generan las recesiones o por qué unas economías crecen más que otras. Entre el alumnado, media docena de palentinos, jóvenes que saben que no encontrarán un trabajo adecuado a su formación en la tierra que los vio nacer y tendrán que irse fuera. Y como ellos, la inmensa mayoría de los palentinos matriculados en los distintos grados de la UVa. Se irán tras muchos años de formación, una inversión en educación pagada por todos, llevándose consigo todo su talento. Es como si el Real Madrid o el Barsa dejaran escapar a Vinicius o a Lamine Yamal después de haberles formado en sus respectivas canteras. Un sinsentido. Sería de esperar que la concejala del Área de Impulso Económico, Judith Castro, tuviera como objetivo luchar contra esa realidad. Que, por ejemplo, en colaboración con la Universidad hubiera creado un plan de retención de talento como el que existe en Valladolid, Salamanca, o Miranda de Ebro, que permitiera a las empresas conocer la oferta laboral cualificada existente en la capital. Pero no, evitar la fuga de nuestros jóvenes mejor formados no está entre sus prioridades. Lo digo a tenor de lo tratado en las pocas Comisiones de Impulso Económico celebradas durante su mandato, donde los asuntos estrella han sido la famosa feria de las abejas, la reubicación del mercadillo, y el reglamento de la plaza de Abastos, un tema este último en el que lleva pinchando en hueso tres veces, por cierto. El caso es que Miriam Andrés prometió en campaña la inmediata puesta en marcha del Plan QuédaT destinado a jóvenes recién graduados para darles la posibilidad de tener su primera experiencia profesional en Palencia. Así venía recogido en la página 10 de su programa electoral, ese que ha desaparecido de la Web del PSOE para que nadie les recuerde sus promesas electorales. En su presentación dijo textualmente que «Palencia no puede permitirse seguir perdiendo talento ante la pasividad de los gobernantes», un eslogan que como un boomerang se le ha dado la vuelta y es aplicable a su equipo de gobierno. Qué cosas tiene la política, ¿verdad?