Es un concepto filosófico referido al transcurso del tiempo, según el que los mismos acontecimientos se repiten en el mismo orden y sin ninguna variación. También es un tópico literario y son muchos los grandes escritores que lo han desarrollado en su obra, como Borges y García Márquez. Descendiendo a la cotidianeidad de nuestras vidas, hemos de reconocer que nos regimos por las diferentes etapas que nos marca el calendario y que se repiten cíclicamente año tras año en una reincidencia permanente. Así, el final del verano y de las fiestas patronales anuncia el inicio de un nuevo curso, término adoptado del lenguaje de la educación y ya se viene utilizando aunque hayamos dejado atrás nuestros años estudiantiles. Es como el comienzo de un nuevo año, ya que nos hacemos los mismos propósitos que el día uno de enero pues, en muchos casos, el verano nos ha dejado un mal recuerdo en la báscula y pensamos en acudir al gimnasio para recuperarnos de los excesos veraniegos. En una sociedad quejica y blandengue como es la nuestra, el inicio del curso provoca el llamado estrés posvacacional, concepto tan necio como esa moda de ligar en el supermercado valiéndose del carrito y una piña. Estamos construyendo una sociedad estúpida, sin valores morales y empobrecida culturalmente. Hablando en serio, lo que verdaderamente preocupa a los ciudadanos en esta situación de inicio del curso es la economía. Según la OCU se trata de un momento crítico en las finanzas de los hogares. El aumento de los precios de los alimentos se va a reflejar en el de los comedores escolares, así como el del combustible en el transporte escolar. También es importante que los escolares recuperen la necesaria disciplina en los horarios, que se ha relajado con las vacaciones. Por otra parte, son fundamentalmente las madres quienes acometen estos inicios de curso con el cansancio acumulado durante el verano con toda la familia en casa. Es la razón por la que están deseando el retorno a las aulas de sus hijos, que, en su mayoría, se adaptan inmediatamente al horario escolar y reciben alegremente el reencuentro con amigos y compañeros. Es el eterno retorno.