Luz a coste cero desde Palencia

Rubén Abad
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Una inversión inicial de 4.000 euros posibilita a los clientes olvidarse de la temida factura eléctrica · La tecnología es apta para unifamiliares y bloques de viviendas

Luz a coste cero desde Palencia - Foto: Sara Muniosguren

Llega a su casa a fin de mes, abre el buzón y se encuentra con la factura de la luz. Esta situación tan habitual como temida por la inmensa mayoría de palentinos ha dejado de ser una preocupación para todos aquellos que han apostado en los últimos tiempos por el autoconsumo fotovoltaico, que requiere de una inversión inicial más o menos asumible que, a la postre, se traduce en energía gratis de por vida. 

El abaratamiento (una instalación de 100 kilovatios costaba hace una década un millón de euros y ahora ronda los 60.000 euros) y la proliferación de empresas especializadas ha allanado el terreno a los clientes, que deben hacer frente a un desembolso de unos 6.000 euros (IVA incluido) para una planta de 3,5 kilovatios y de aproximadamente 8.000 para una de ocho kilovatios. 

No obstante, ambas se quedan en unos 4.000 euros gracias a las subvenciones europeas que están en vigor y que se traducen en 600 euros por cada kilovatio conectado a la red. Un desembolso que, en el contexto actual de precios elevados y al alza, se amortiza entre doce y dieciocho meses frente a los seis o siete años que se requería no hace tanto.

Las ventajas económicas no quedan ahí. Sin ir más lejos, el Ayuntamiento de Palencia contempla bonificaciones de un 50 por ciento en el recibo de la contribución (cada municipio puede modificar los tramos y aplicar los descuentos que estime oportuno) y descuentos en el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO). En paralelo, se contempla una reducción en el IRPF (declaración de la Renta), que varía según las mejoras que se hayan realizado en la vivienda en la que se ubican los paneles solares. 

CON RETRASO

De ahí que cada vez sean más los palentinos que se suben al carro de esta tecnología, aunque aún haya un largo camino por recorrer. Y es que en el país desarrollado con más horas de sol a nivel mundial, parece lógico pensar en el astro rey como una de las principales fuentes de energía renovables del conjunto del Estado. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: en España el autoconsumo fotovoltaico apenas representa el diez por ciento de la energía total frente al 85-90 por ciento de cuota de otras naciones europeas del entorno como Francia, Reino Unido  o Irlanda.

«España llega 20 años tarde al autoconsumo. Todos los días que dejemos pasar estamos perdiendo dinero». Esta es la conclusión a la que llega Álvaro Rodríguez, CEO de la asesoría energética Stinson Solar, con sede en la capital pese a que el 85 por ciento de su negocio está fuera de las fronteras provinciales, con grandes clientes como Renfe, Adif, Caja Rural o el Atlético de Madrid.

Ellos ofrecen al usuario todo lo necesario para poner en marcha su instalación. Desde el proyecto inicial hasta la gestión de los excedentes, pasando por el estudio previo, los permisos, la tramitación de la energía, la facturación, la gestión de la planta, la contratación del suministro eléctrico con la compañía más oportuna en cada momento o la contratación de la batería virtual.

Y es que ahora los excedentes se pueden almacenar en estas baterías que la comercializadora guarda convertidas en dinero. «El cliente puede hacer con ella lo que precise, según sus necesidades o nuevas tecnologías aplicadas a su entorno como aetotermia, radiadores eléctricos o cargadores de vehículos», sostiene Rodríguez, quien aconseja apostar por instalaciones «lo más grandes posibles, atendiendo al espacio disponible o la capacidad que admita la vivienda».

Una vez instaladas estas, el mantenimiento viene costando unos tres o cuatro euros al mes, lo que supone entre 40 y 50 al año para monitorizar la planta, que tiene una vida útil de 35 a 40 años. Por otro lado, la instalación tiene una garantía de dos años, de 25 las placas y de 30 la producción.

PERFIL DEL CLIENTE

El perfil del cliente es diverso, si bien la mayoría reside en un entorno urbano y contrata menos de 15 kilovatios (una casa suele tener entre 3 y 4 de potencia instalada), según Iberdrola.
La compañía apunta también que se están generando «oportunidades muy grandes de negocio» en empresas que se están descarbonizando. Grandes, medianas y pequeñas compañías que están utilizando las cubiertas de sus instalaciones para reducir los costes de producción, pues una gran parte deriva del consumo eléctrico.