El autoconsumo fotovoltaico se duplica en un año en Palencia

Rubén Abad
-

En la provincia hay 677 montajes de este tipo en viviendas unifamiliares y bloques de pisos, con una potencia total de 5.967 kW. En solo cuatro meses suma 207 equipos nuevos, dos cada día

El autoconsumo fotovoltaico se duplica en un año en Palencia - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

En un contexto de inflación, con el precio de la energía por las nubes, la cesta de la compra a costes desorbitados y la gasolina cotizando como el oro, cualquier ayuda es poca para las familias a la hora de ahorrarse unos euros en ese temido fin de mes.  Ahí es donde entra en juego el autoconsumo fotovoltaico, que ha experimentado un boom en los últimos años hasta el punto de que en tan solo doce meses se han duplicado las instalaciones de este tipo en el conjunto de la provincia, que sumaba a 30 de septiembre un total de 677 con una potencia global de 5.957 kilovatios (kW), según los datos aportados a este periódico por Iberdrola. 

Como muestra de este crecimiento exponencial, en tan solo cuatro meses (de mayo a septiembre) Palencia ha ganado 207 instalaciones (470 en mayo) y 1.224 kW (4.733 a aquellas alturas del año). Es decir, en este período han visto la luz en territorio palentino doce instalaciones a la semana, casi dos cada día. Sin embargo, la provincia se sitúa aún como la sexta de Castilla y León en esta tecnología, detrás de Valladolid (2.807 instalaciones), Salamanca (1.645), Burgos (1.564), León (1.361) y Ávila (1.221). 

Hay dos factores a tener en cuenta para la explosión de este tipo de instalaciones en la provincia, y el principal es el abaratamiento de la tecnología. Y es que si bien esta ya existía hace cinco o diez años, el precio de los paneles solares era por aquel entonces muy superior al que se abona en la actualidad (se pueden encontrar placas de 500 vatios por poco más de 200 euros en grandes superficies), lo que ha facilitado que se popularice para el ciudadano medio. 

El director de i-DE, la distribuidora de Iberdrola, en Castilla y León, Óscar Villanueva, subraya en declaraciones a Diario Palentino que es el «momento del autoconsumo y de la generación distribuida» y pone de manifiesto «las 5.300 instalaciones conectadas a la red de distribución de Iberdrola». Esta ha podido responder al fuerte incremento del autoconsumo «sin saturación ni sobrecarga» gracias a las inversiones realizadas durante los últimos años, que han permitido a la compañía disponer de una red eléctrica «cada vez más robusta, flexible e inteligente». 

«Debemos seguir impulsándola, puesto que es la auténtica columna vertebral para la descarbonización», afirma. Además, hay que tener en cuenta que todas estas instalaciones fotovoltaicas están conectadas a la red, no son aisladas, y eso permite que más allá del autoabastecimiento exista la posibilidad de vender la energía excedente. «Esto resulta muy atractivo, y más en la actualidad, en el contexto de altos precios provocados por el incremento del gas», clarifica Villanueva. 

UNA RED DEL SIGLO XXI

Desde el punto de vista técnico, hay que tener la red preparada para esta expansión que está experimentando el mercado, y en eso está Iberdrola en los últimos años. Históricamente, esta se construía para distribuir la energía hasta el cliente final desde los centros de producción, por ejemplo, la extinta central térmica de Velilla del Río Carrión o las plantas hidroeléctricas de Compuerto, Villalba de Guardo y Acera de la Vega, en el caso de la provincia. 

Sin embargo, esto ha cambiado en los últimos 15 o 20 años con las energías renovables y la penetración del autoconsumo, que son posibles gracias a que la red puede admitir estos cambios al contar con equipos modernos y porque la regulación también se ha adaptado a los nuevos tiempos. Atrás queda ya el polémico Impuesto del Sol, que derogó en 2018 el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. 

A tenor de los datos que maneja i-DE, la distribuidora de Iberdrola, el 90 por ciento de las instalaciones requiere unos trámites «muy sencillos», con conexiones «rápidas» para las que se necesita una declaración responsable del propietario y un cambio en el tipo de contrato eléctrico. Este grupo responde a parques pequeños, de menos de 15 kilovatios, ubicados en zonas urbanas consolidadas. Para poner un ejemplo cercano al lector, son las que habitualmente se colocan en un chalé o casa de pueblo o en la cubierta de un bloque de viviendas. Otro ocho por ciento de los expedientes requiere de un estudio técnico y el dos por ciento restante se refiere a autoconsumos colectivos. Este último caso responde a dos o más personas que se unen y construyen una instalación conjunta.

ECONOMÍA VERDE

El autoconsumo tiene muchas ventajas desde el punto de vista de la descarbonización, un proceso que la provincia conoce muy bien una vez que se puso fin a la industria minera del carbón. La primera y fundamental es que «la fuente de energía utilizada es renovable», señala a este periódico el director de i-DE en Castilla y León. «No produce emisiones de CO2 a la atmósfera y, además, la energía se genera en el mismo lugar en el que se consume, haciéndola mucho más eficiente», matiza. 

A renglón seguido, afirma que las instalaciones fotovoltaicas son «una pieza más del puzle» de la transición energética, «pero todos tienen una cosa en común, que es la red». Y es que toda la tecnología actual y futura pasa por una red eléctrica que se ajuste a las necesidades de los clientes, tanto particulares como empresas, en materia de geotermia, aerotermia, vehículos eléctricos o grandes baterías para el hogar. 

Iberdrola está volcada en su modernización, si bien la multinacional energética solo puede invertir en ellas un límite del 0,13 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). No obstante, su distribuidora considera necesario que se modifiquen estos límites ante un mercado cambiante y que se incentiven, en paralelo, nuevas normas que permitan preparar «aún más» la red «para lo que está por venir».

«Por cada euro que se invierta en renovables debe invertirse un euro en redes eléctricas», asevera Villanueva. De hecho,  estima que las inversiones en redes se multiplicarán por tres o por cuatro para poder integrar la nueva potencia renovable, ofrecer seguridad de suministro y resiliencia frente a fenómenos climáticos extremos y poder desarrollar la digitalización del sistema, tan necesaria para la expansión de la movilidad eléctrica, la bomba de calor y el autoconsumo.