Dos años de espera para que Nuestra Señora de Valdesalce saliera a la procesión que tiene lugar alrededor de la emita. El pasado año, las fuertes lluvias obligaron a mantener la celebración en el interior, caso contrario a lo que ha ocurro esta mañana en Torquemada.
Tras unos tímidos chubascos sucedidos durante la Eucaristía, llegó el momento más esperados por los vecinos del pueblo: la salida de Nuestra Señora. Encabezada por una veintena de danzantes, la comitiva rodeó el templo al compás de las castañuelas y con la devoción y la fe hacia la patrona como denominadores comunes. Una jornada llena de sentimiento, que continúa esta tarde, si las lluvias lo respetan, con la popular arrozada en la campa colindante a la ermita.
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