La declaración del estado de alarma por la pandemia de la covid-19 allá por marzo de 2020 supuso un antes y un después para el Banco de Alimentos, si bien nunca tuvo descanso ante la falta de recursos de un buen número de ciudadanos de la provincia y de la capital. A partir de ese momento, el número de usuarios comenzó a aumentar progresivamente (aplicación de los llamados Ertes, cierres de empresas, etc.) pero la entidad siempre pudo apelar a la solidaridad ciudadana para llegar hasta donde fuera necesario, además de contar con las inestimables ayudas de la Unión Europea y del FEGA, canalizadas a través de la Subdelegación del Gobierno en forma de kilos de productos de primera necesidad.
Pero si había un gran momento propicio para el Banco de Alimentos de Palencia, regentado por su secretaria, Rosa Ortega Bravo, era precisamente la campaña de la gran recogida de productos y donativos que habitualmente se lleva a cabo entre los meses de noviembre y diciembre. Con dichas campañas la entidad solidaria recibe alimentos básicos que en forma de lotes podía luego distribuir a lo largo del año a las familias necesitadas.
Sin embargo, tras el recuento final la campaña de la gran recogida de 2023 no ha sido precisamente boyante, al menos en cuanto a donativos, según los datos aportados por la ONG. De hecho, ha confirmado una disminución del 43% respecto a la campaña de 2022. Trasladado a los números, la entidad solidaria recaudó 14.255 euros, frente a los 24.795 alcanzados un año antes.
El Banco de Alimentos sufre una merma del 43% en los donativos - Foto: SARA MUNIOSGURENEn cuanto a los kilos recogidos, la última campaña se cerró con 11.986 kilos/l, frente a los 7.640 recogidos el año anterior, teniendo en cuenta que, a fecha de finales de 2023, la entidad sostenía a 286 familias de la capital y la provincia.
Y es que el Banco de Alimentos organiza entre noviembre y diciembre su gran recogida de donativos en los supermercados de la capital y provincia, con destino a personas en situación vulnerable. Concretamente, en los centros de Carrefour, Mercadona, Gadis, Lupa, Froiz, La Familia, Súper Agropal, Día y Alcampo, y en cada compra los clientes podían efectuar la donación en caja, quedando constancia de la cantidad en el ticket.
«En octubre ya estábamos bajo mínimos y lo que hemos podido apreciar es que los donativos han bajado un montón. Sin embargo, lo entendemos porque la situación económica no es precisamente boyante. Hay mucho contrato en precario y luego está el gran incremento de los precios y los gastos de primera necesidad como la luz y el gas, además de la los de las hipotecas», comentaba al respecto Rosa Ortega, la secretaria del Banco de Alimentos, que ya advierte de que con el dinero recaudado, que sirve para comprar productos no perecederos, «los lotes serán más justos».
Por si fuera poco, el alza progresiva de los precios en los productos básicos en el consumo del día a día siguen lastrado las donaciones de los palentinos, de forma especialmente acusada en los últimos dos años y que afecta, más si cabe en el caso del aceite, el azúcar y las legumbres, lo que genera problemas para atender a los usuarios.
«Si antes eran personas de entre 50 y 60 años los más numerosos, ahora es cada vez gente más joven la que acude, de incluso de 30 años para abajo. De hecho, ahora mismo las parejas jóvenes, con hijos, en muchos casos con trabajo, son quienes peor lo están pasando, un perfil que antes no había», lamenta la secretaria de la institución solidaria.
CAMBIO DE RUMBO. Entre tanto, para este año las incertidumbres se incrementarán porque ya no habrá más entregas del suministro de alimentos correspondientes al Programa de Ayuda Alimentaria canalizada a través del FEGA. En este sentido, la segunda fase del 2023, desarrollada entre el 18 de septiembre y 2 de octubre, alcanzaron los 21.686,28 Kg/l de alimentos. Asimismo, la primera fase se llevó a cabo entre el 11 y el 25 de abril, que totalizó un global de 14.878,88 Kg/l de alimentos.
«Estas ayudas ya se han suspendido al cambiar el sistema. La gente es solidaria pero no puede recaer siempre en la sociedad todo el peso; se necesita más implicación de las administraciones», recalca Rosa Ortega Bravo.
Y es que el Gobierno de la nación prevé llegar, a partir del próximo mes de abril, a casi 70.000 familias en situación de pobreza severa (en Palencia todavía se está evaluando el número de beneficiarios), con las nuevas tarjetas monedero, que sustituirán a las cestas de alimentos que se entregaban hasta ahora a personas en situación de vulnerabilidad.
Con este nuevo modelo, se pasa de proveer alimentos y productos de higiene físicamente a entregar unas tarjetas o vales canjeables en determinados establecimientos, con el objetivo de «dignificar y normalizar» el acceso a productos básicos por parte de las familias más vulnerables, para que puedan decidir en función de sus preferencias, y evitar así también las conocidas como colas del hambre.
Incertidumbre por el futuro
Las nuevas tarjetas monedero irán dirigidas a familias con niños a cargo, que cobren menos del 40% de la renta media. La valoración y selección de los beneficiarios, así como la entrega de las tarjetas, correrá a cargo de los Servicios Sociales de cada comunidad autónoma, según informó el Gobierno central.
Por tipología de hogar, aquellos formados por un adulto y un menor recibirán 130 euros al mes; los de tres personas (dos menores y un adulto, o dos adultos y un menor), 160 euros; los de cuatro personas, 190 euros, y los formados por cinco o más miembros, 220 euros.
La nueva tarjeta monedero será recargable por un máximo de tres meses y, una vez pasado ese tiempo, las familias deberán volver a recargarlas.
Con este nuevo modelo, cesará la colaboración con la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal) -que se encargaba junto a Cruz Roja de hacer llegar los alimentos comprados por el Fondo Español de Garantía Agraria (Fega)-, si bien, desde el Ministerio precisaron que los bancos de alimentos van a seguir funcionando y recibiendo apoyos públicos.
RECHAZO. Por su parte, la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal) ya han mostrado su rechazo al nuevo modelo de tarjetas monedero para familias con niños en situación de pobreza severa porque considera que dejará desatendidas a «más de 350.000 familias» y que pondrá «en riesgo» la labor de estas organizaciones al dejar de recibir este año unos 50,2 millones de euros en alimentos. Bajo este prisma, la secretaria del Banco de Alimentos de Palencia, Rosa Ortega Bravo, mantiene que «este nuevo modelo ha traído mucha incertidumbre porque puede dejar a muchas personas usuarias desatendidas».
«¿Qué pasará con los ancianos con pensiones no contributivas y que viven solos, por ejemplo?», se preguntaba Ortega Bravo.
Por lo demás, los usuarios que quieran pedir las tarjetas monedero tendrán que acudir a los departamentos de Servicios Sociales de las comunidades autónomas y allí decidirán si son beneficiarias o no.
Una vez se decida que tienen acceso a las tarjetas monedero, las familias tienen que acudir a Cruz Roja para pedirlas y recogerlas. Se trata de una función que esta entidad ocupará temporalmente a lo largo de este año 2024. A partir de 2025, lo harán las comunidades autónomas, tal y como ha pactado con ellas el Estado.