El Camino Olvidado a Santiago vertebra la comarca de la Montaña Palentina, con una ruta que entra en la provincia por la pedanía aguilarense de Nestar y sale de ella una vez pasado Guardo. Muchos vestigios afirman que es el itinerario más antiguo en permitir la entrada del peregrinaje europeo.
El divulgador cultural y colaborador de Diario Palentino será la firma de diez publicaciones destinadas a esta ruta, desconocida hasta hace pocos años, que podrán leerse cada domingo desde el 7 de julio. Cabe destacar que esras publicaciones proceden de su libro sobre la ruta jacobea, El Viejo Camino, publicado en 2018.
¿Cómo de olvidado está realmente, y valga la redundancia, el Camino Olvidado?
Las diferentes asociaciones que pusieron en marcha de nuevo este camino llegaron a un acuerdo. Se barajaron muchas opciones y, al final, se apostó por un nombre potente y que sonara.
¿Se llama Camino Olvidado porque la gente no lo conoce? Lógicamente, está empezando a nacer, pero sorprende que un recurso que hasta hace relativamente poco era absolutamente desconocido por la mayoría, ahora tenga cerca de diez peregrinos al día.
Posiblemente, esté un poco más olvidado por algunas instituciones que otras rutas jacobeas, pero eso no significa que lo esté completamente. La Junta de Castilla y León hizo un esfuerzo en diciembre de 2021 por declararlo como un Camino a Santiago histórico. No obstante, no nos podemos quedar ahí. Ahora, hay que apostar por infeaestructuras, albergues, seguridad, servicios al peregrino… No digo que tenga que ser una copia del Camino Francés, pero sí que se continúe apostando por él.
Que se haya puesto en valor hace relativamente poco, ¿se materializa a su vez en una mayor inversión de infraestructuras a lo largo de su recorrido?
Es algo que cuesta. Tenemos el concepto de que alguien que hace el Camino tiene que alojarse en un albergue. Si fuera así, este camino tenía las de perder, pues es difícil que un emprendedor abra uno; y los de carácter municipal son también poco viables porque las poblaciones que atraviesa tienen poca capacidad.
¿Cómo se está supliendo esto? Con otras alternativas para dormir que ya existían en estas localidades. Al peregrino se le trata como a un turista más. En Guardo, por ejemplo, lo que estamos exigiendo es que se le dé un mejor precio y otros servicios. Se trata de que los peregrinos tengan dónde dormir, comer y la seguridad de ir por el Camino.
¿Por qué cree que no se ha dado antes a conocer?
Sobre el Camino Francés se sabe todo. Sin embargo, si hasta el siglo XII no existe, ¿por dónde iban los peregrinos 150 años después de que se descubra la tumba del apóstol Santiago y antes de que se ponga en marcha?
Eso está perfectamente documentado. Si ya había peregrinación a Santiago desde el inicio del Camino Primitivo, ¿por dónde iban los peregrinos? Pues por aquellas rutas que les dieran seguridad.
La idea de que el Camino Francés se ponga en marcha, salvando las distancias, es muy parecida a la actual. Lo que queríamos los ciudadanos era que los peregrinos vinieran por nuestra ciudad y no se dispersaran, pues traían cultura, dinero, conocimientos y muchas cosas importantes para que los reyes dictaminaran cuál era el Camino a Santiago, que es el que conocemos como Camino Francés.
No debemos pensar que esta ruta ha sido algo tradicional durante los últimos 100 años. El Camino a Santiago Francés, hasta 1980, estuvo viviendo lo que vive ahora el Camino Olvidado, pues apenas tenía tránsito. Las peregrinaciones eran muy escuetas. En la década de los 80 se contabilizaban unos 40 peregrinos por Carrión de los Condes.
No se trata de preguntarse por qué uno está olvidado y el otro no; ya que el otro, hace años, también lo estaba. Lo que ha ocurrido es que, como había mucha información sobre él, se comenzó a potenciar el Camino Francés.
¿Echa en falta que iniciativas divulgativas como la suyas se lleven a cabo más a menudo?
En ese sentido, Diario Palentino es un ejemplo claro de apuesta por la provincia. No solamente es un rotativo que da las noticias diarias e inmediatas, sino que también se convierte en una entidad que aporta a la hora de dar a conocer nuestra geografía provincial. El ejemplo está en este tipo de secciones, y no hablo solamente de la mía.
Las instituciones, todas, siempre pueden hacer un poco más. Los administrados, como es nuestro caso, siempre demandamos también más, como lo hacemos en todo.
Las administraciones, en la medida de los posible, tienen que ir un pasito por delante de esas demandas ciudadanas. Deben poner todos los recursos que tengan a su alcance para que nuestro patrimonio, no solo se conozca, sino que se mantenga. De nada sirve tener un conocimiento exhaustivo del Canal de Castilla y que luego se vea una harinera que se está cayendo. En Castilla y León se ha hecho una grandísima labor en ese aspecto.
¿Cómo se ha documentado para estos artículos, los cuales están a su vez basados en su libro El Viejo Camino?
Hay mucha gente que ha tirado del hilo antes que yo. Son personas que, aunque no hayan publicado un libro, sí han dejado documentos importantes sobre el camino.
En este sentido, tengo que poner en valor el trabajo de Faustino Narganes quien, en un libro sobre Traspeña de la Peña, menciona en una pequeña anotación la existencia de una casa a la que los vecinos llamaban hospital de peregrinos.
Al final, son muchas pistas unidas. Yo no descubro nada, simplemente, lo pongo en valor.