Chiquita Room: Arte con corazón

María Albilla (SPC)
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Laura González Palacios regenta una joven galería en Barcelona que acude a ARCO por segundo año en la sección 'Opening', el mejor trampolín para asentarse en la sección oficial

Chiquita Room: Arte con corazón

Del barrio barcelonés de Sant Antoni al stand 9OP15 de Ifema. Quizá este segundo paso no suene romántico, pero en el fondo lo es. Porque ahí estará la galería Chiquita Room por segundo año consecutivo en la próxima Feria Internacional de Arte Contemporáneo, ARCOmadrid (del 6 al 10 de marzo), una plataforma palpitante para dar visibilidad y obtener reconocimiento en el mercado del arte a un proyecto tan personal como es el de su fundadora, Laura González Palacios. 

Acceso a contactos de todo el mundo, tanto profesionales como coleccionistas, o instituciones, una repercusión exponencial a la que tendrían desde su coqueto enclave barcelonés... El esfuerzo para llegar ahí, merece la pena. Y no solo es económico, «es de planteamiento de proyecto, de trabajo... hay que ir bien preparada porque es una apuesta muy importante».

A González le gusta guiarse por el corazón y su instinto este año ha sido formar parte del programa Opening dedicado al galerismo joven  con un dúo de artistas que, para ella, representan muy bien lo que es la galería. De Alba Yruela (La Bisbal d'Empordá, 1989) presenta sus fotografías analógicas, íntimas y más personales, mientras que las piezas Julia Aurora Guzmán (Santo Domingo, 1993) aportan el recuerdo de su Caribe natal, que es la temática central de la 43 edición.

«A nivel formal y conceptual, la galería está muy bien representada con sus trabajos. Alba hace fotografía analógica y Julia hace escultura e instalación, así que hay diversidad de medios en la propuesta. Además, Chiquita Room es un equipo femenino y de una manera natural tiendo a establecer relaciones más estrechas con artistas mujeres, así que siento que es una manera de reforzar la presencia femenina en la feria», explica la galerista, a quien no le gusta hablar de cuotas, pero sí indica que la tendencia es que haya más presencia masculina que femenina en este evento.

 El vínculo también es clave para ella «e Yruela y Guzmán son dos artistas con las que me entiendo, nos respetamos, hay admiración», explica con emoción.

González es veterana de segundo año en esta feria, cuya sección joven está comisariada por Cristina Anglada y Yina Jiménez Suriel, y espera que su presencia en la edición de 2024 sea el trampolín que le haga saltar al programa general el año que viene.

Romper barreras

En ocasiones, solo oír hablar de arte contemporáneo es una línea roja que evoca el límite de una zona elitista o de acceso restringido. Pero, en realidad, ARCO hace hueco a todos. Si bien los días 6, 7 y 8 por la mañana son las jornadas para los profesionales, el viernes por la tarde y el fin de semana la entrada está abierta para el público general. Y hay coleccionistas, aficionados y curiosos ya sean duchos en la materia como neófitos a quienes la cita de Ifema les despierta interés. 

«Hay muchas personas aficionadas que vienen a ARCO a mirar, a empezar a adquirir piezas... Hay gente que compra con mucho corazón, sin pensar tanto en la inversión, y esto a mí me ha ocurrido y es de agradecer», explica González, en cuyas palabras se desliza esa pasión que desequilibra la balanza en contra de la razón. 

De hecho, en la feria hay un programa que se llama First Collectors, que trata precisamente de generar una cultura de adquisición. «Todavía estamos un poco en pañales en este sentido», agrega, «cuesta entender que en una galería las obras están a la venta, no hay una conciencia por parte de las personas que coleccionan de la importancia que tiene su rol para los artistas y las galerías», concreta. 

La galerista de Chiquita Room ahonda en esta historia y considera que el sector tiene un reto importante, que es abrir un poco más el acceso al arte contemporáneo. De hecho, esa es una de las apuestas de su casa. «Nosotras tenemos una membresía anual -SOFT collectors- que es una cuota de 150 euros al año por tres piezas de obra gráfica o edición de artista. Para mí, esto es una manera de hacer entender a la gente que el arte se puede llegar a comprar y es una forma de generar comunidad a través de Chiquita Room, de poder darles facilidades si después quieren comprar obra mayor... Es una forma de crear vínculo».

El horizonte ondulado del Caribe

Apelando a la poética, la directora de ARCOmadrid, Maribel López, se refería en la presentación de la feria al Caribe, temática de este año, como una zona abierta, sin fronteras, que va mucho más allá de los márgenes de un país. Y ahí halla su horma la obra de Julia Aurora Guzmán. En esta nueva serie, la artista presenta piezas de cerámica y obras de papel y tejido en las que se sirve de la discontinuidad para generar columnas descompuestas en fracciones de proporción áurea, que hacen referencia al ritmo de lo natural y orgánico, formando horizontes ondulados cercanos a la memoria del mar Caribe que rodea la República Dominicana, su país de origen.

La presencia es la única diosa que adoro

La presencia es la única diosa que adoro es una exposición coral que se puede ver actualmente en Chiquita Room (hasta el 23 marzo, en horario de martes a viernes de 12,00 a 20,00 horas y los sábados de 10,00 a 14,00 horas en la calle Villarroel, 25 de Barcelona). La muestra pone el énfasis en la atención, la paciencia y el recuerdo de lo que el cuerpo sabe, para regresar, una y otra vez, a ese precioso lugar.

«Todas las piezas son de artistas que ya habían colaborado antes con la galería, excepto Mari Chordà, que es una activista feminista de 81 años a la que me hace mucha ilusión tener», explica la galerista Laura González.

La muestra busca una interacción con las piezas para amplificar la percepción «y bajar revoluciones para tender a una relación de intimidad con ellas», concreta la directora de este centro.

El aquí y el ahora está muy presente en la actualidad como una moda relacionada con la meditación y mindfulness, pero esta exposición lleva a poner el cuerpo y alma a cada pieza. 

«Hay propuestas de ejercicios de atención, un vídeo de una de las artistas bebiendo con deleite un vaso de agua, una acción muy mundana, pero realizada de una manera muy consciente... Comulguemos con lo único que nos pertenece. Démosle una oportunidad al presente», ahonda.

La poética de lo mundano

Alba Yruela es fotógrafa y su práctica artística se distingue por una mirada singular que busca la expresividad y los matices dando forma a una visión muy personal que refleja la poética de lo mundano. La serie de obras presentadas en ARCO son una combinación de sensibilidad y atención al detalle e incluye fotografías disparadas, reveladas y copiadas en un proceso analógico. Las imágenes de Yruela acostumbran a tener varias capas de lectura y destilan una atmósfera de intimidad que invita a apreciar la belleza de lo cotidiano.

ARCHIVADO EN: Arte, ARCO, Ifema, Barcelona