Un artículo de la Escuela de Agronomía de la Universidad de Córdoba afirma que, «entre las enfermedades que afectan al olivar, la verticilosis es la que más importancia ha adquirido en los últimos años en España y en muchos otros países olivareros, incrementando su incidencia de forma paralela al aumento de superficie y de la intensidad de su cultivo». Explica que esta patología «está causada por el hongo Verticillium dahliae, un patógeno del suelo que afecta a gran cantidad de cultivos causando marchitez vascular y muerte de la planta».
El documento añade que «la gravedad de la enfermedad se ve acrecentada por la gran dificultad que presenta su control debido a la prolongada supervivencia del hongo en el suelo y a su ubicación en el sistema vascular de la planta, que es inaccesible para la mayoría de los tratamientos». En resumen, se trata de uno de los problemas más graves a los que ha de enfrentarse la olivicultura mundial, hasta el punto de que en 2022 la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF) cuantificó la infección por este hongo en los campos andaluces desde un 2,9% en los árboles de Córdoba hasta el 88,9% en el caso de Huelva.
Más de una década después de la publicación del estudio, la propia Universidad de Córdoba, junto con la de Jaén y el Centro Ifapa Alameda del Obispo (en Córdoba), han demostrado que tres nuevas variedades obtenidas en un programa de mejora genética, junto con otras de la Colección Mundial de Germoplasma de Olivo de Ifapa, son una buena opción para la producción de aceite de oliva de calidad y evitan la verticilosis.
Los agricultores que sufren la llegada de Verticillium dahliae a sus tierras tienen actualmente pocas opciones para el manejo de esta enfermedad. Por ello, los investigadores buscan variedades que de por sí sean resistentes a este patógeno. Además de explorar las más de 1.200 que atesora la Colección del Ifapa, los investigadores destacan en un artículo publicado en la revista Scientia horticulturae tres genotipos capaces de enfrentarse al hongo de manera natural manteniendo la calidad y productividad del aceite. Concretamente, se trata de nuevas variedades obtenidas a partir del cruce natural de frantoio y koroneiki, resistentes al hongo, con otras grandes productoras, como arbosana, ampliamente cultivadas por su productividad, pero susceptibles ante la infección.
«Los genotipos seleccionados han demostrado que heredan tolerancia y resistencia a V. dahliae, lo que demuestra que son candidatos idóneos para desarrollar nuevos cruces entre ellos y lograr cultivos más resistentes y productivos», ha explicado la investigadora de la Universidad de Jaén Alicia Serrano, autora del artículo. Las variedades señaladas ya se encuentran en proceso de registro en la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales para su posible utilización en nuevas plantaciones.
Según datos del Ministerio de Agricultura, en España las variedades que suelen encontrarse por su alta rentabilidad y regularidad constante en la obtención de aceite son picual, arbequina, hojiblanca y cornicabra. Sin embargo, en los últimos años se han introducido también otras extranjeras como frantoio y koroneiki, propias de Italia y Grecia respectivamente, que, tal como han demostrado los expertos en el trabajo, son resistentes a la enfermedad, especialmente la italiana.
Mejora genética.
Encontrar una nueva variedad que unifique todas estas cualidades es el objetivo de los mejoradores que investigan los mecanismos de defensa y genes relacionados con la productividad y calidad del aceite para lograr la mejora de la especie. Para ello, identifican y caracterizan los beneficios de cada cultivar y seleccionan las que reúnen las mejores características para su cruzamiento. Después, recogen polen de una de ellas y realizan la técnica conocida como polinización clásica mediante cruzamientos dirigidos. De este modo, las nuevas semillas habrán heredado características de ambos progenitores y nacerán con los atributos de sus padres.
Los expertos evaluaron en este trabajo 40 variedades diferentes, de las cuales 31 procedían de la Colección Nuclear del Banco Mundial de Germoplasma de Olivo del Ifapa, en Córdoba. Otras se seleccionaron por su importancia en los olivares españoles, como cornicabra, changlot real y 'FS-17', que muestra resistencia contra Xylella fastidiosa, otra enfermedad del olivo; a todas ellas se sumaron seis selecciones procedentes del programa de mejora desarrollado en el mismo centro.
Tras doce meses de crecimiento, se inoculó el hongo en las plantas para observar su evolución. Los ensayos incluyeron dieciséis individuos de cada tipo de árbol distribuidos en cuatro bloques, tres infectados y uno de control. De esta manera, obtuvieron los datos para clasificar las variedades según el nivel de resistencia. El resultado de este trabajo demuestra que se pueden obtener nuevas variedades que resistan la enfermedad y mantengan unos niveles altos de productividad y calidad del aceite.
Nuevas técnicas genómicas.
Las variedades resistentes a la verticilosis se han obtenido mediante técnicas clásicas de selección, lo cual conlleva gran cantidad de tiempo y una importante inversión económica. Si, tal y como parece, la Comisión Europea termina permitiendo el cultivo de plantas obtenidas mediante nuevas técnicas genómicas, la obtención de variedades mejoradas, para beneficio de agricultores y consumidores, mejorará mucho en dos aspectos: en primer lugar será mucho más barata por la técnica empleada; por otra parte, llevará mucho menos tiempo. Muchos países del mundo ya permiten utilizar estas técnicas y el uso de estos cultivos no genera perjuicio alguno al medio ambiente ni a la salud humana, por lo que la Unión Europea ha de darse prisa para no quedarse atrás en la producción de alimentos.