A las niñas les gusta menos las Matemáticas que a los niños. Aunque parezca mentira, lo cierto es que la brecha de género en el aprendizaje de cálculo existe y empieza al final de Primaria, a partir de cuarto curso, cuando las chicas tienen una autopercepción menor, una mayor ansiedad matemática y unos niveles de disfrute más bajos que el de sus compañeros.
Así lo refleja el estudio Mujeres en STEM. Desde la educación básica hasta la carrera laboral elaborado por Esade a partir de informes como el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) o el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS).
El resultado del trabajo es evidente y demuestra que la probabilidad de que las niñas muestren un sentimiento positivo hacia esta asignatura es menor que el de los niños, con hasta un nueve por ciento inferior a que se consideren buenas en esta materia.
Además, presentan menos afección, con un porcentaje un 15 por ciento menor, de considerar las Matemáticas su materia predilecta y una probabilidad un 8,7 y un 7,9 por ciento más baja de que le gusten o disfruten aprendiendo, respectivamente.
Pese a que a los 15 años las chicas manifiestan realizar un esfuerzo superior que los chicos para entender las Matemáticas, la diferencia en autopercepción y afección por esta materia persiste entre ambos.
La brecha de género más relevante se da en la preocupación por la dificultad y las calificaciones en Matemáticas, así como en el nerviosismo a la hora de resolver problemas, siendo en ambos casos mayor para las chicas. Asimismo, mientras que la diferencia en resultados se ha reducido en la última década, la brecha en ansiedad ha aumentado.
El estudio revela que ellas tienen un 15,6 por ciento más de nerviosismo a la hora de hacer deberes y hasta un 21,3 por ciento superior que los chicos cuando hay que resolver problemas, habiendo aumentado la brecha en torno a 10 puntos porcentuales en ambos indicadores durante la última década.
Un análisis exploratorio mediante modelos de regresión lineal de la relación entre la autopercepción, afección y ansiedad matemática a los 15 años y los resultados en esta materia, concluye que la relación es positiva y estadísticamente significativa y, además, de gran magnitud en todas las variables. Sin embargo, las diferencias de género en estas relaciones son menores y en algunos casos, irrelevantes.
«Como era de esperar, tener una mejor autopercepción en Matemáticas se asocia con entre +25,4 puntos para chicos y +26,7 para chicas en PISA 2022, siendo similar para la afección hacia la aritmética: de +24,3 y +23,3, respectivamente», apunta el estudio. Por el contrario, sentir ansiedad hacia esta asignatura se asocia con una reducción de la calificación de -20,8 puntos para chicos y -18,6 para ellas. En 2012 era mayor: -28,8 y -25,3 puntos.
Los datos de esta investigación concluyen que ese rechazo en las etapas tempranas anticipan que la brecha de género se traslade posteriormente a la carrera laboral. Así, la probabilidad de aspirar a los 15 años a tener una profesión STEM a los 30 es un 12,7 por ciento menor para las chicas que para los chicos, una diferencia que no varía al tener en cuenta el nivel de rendimiento.