Y, sigue cumpliendo años y mermando. Para muchas de mi generación, cuando apareció en España a finales de los 60 fue como un desafío que a muchas encantó. Sí que es cierto que se llevaba por encima de la rodilla y no a medio muslo. La británica Mary Quant fue la impulsora y aunque le salió un competidor, el francés André Courrèges, que le disputó el puesto de salida, ganó la Quant. A veces, debajo de la 'mini' se llevaba un can-can bien almidonado. Aquello era una monada y ya ni te cuento si lo acompañaban unos taconcitos. Por parte de otras hubo un algo de reparo, pues parecía un acto de provocación. ¿Que… había chistes? Pues sí. La minifalda no liberó a la mujer de nada, pues cuando llegó no hizo otra cosa más que acortar la falda de media pierna a encima de la rodilla. En mi pueblo, se tardó un poco más, pues si en verano llevábamos medias para ir al rosario los domingos y el señor cura, desde el púlpito, decía quien las llevaba y quién no, se encogía la falda de golpe… Cierto que casi todas las modas han avivado exaltados debates. Pero en este terreno, la palma se la lleva la lanzada por la señora Bloomer. Allá por 1851, una joven institutriz americana casada con un abogado cuáquero de nombre Dexter C. Bloomer. ¿Se imaginan lo que debió suponer expatriar al tiránico corsé, las innumerables enaguas, las pesadas faldas que arrastraban por los suelos y los rígidos corpiños? El 'Bloomer' representó algo más, mucho más importante que una nueva moda. Ocho años hostigaron los periódicos con sus sátiras a su creadora. Aquello sí que fue una lucha por los derechos de la mujer. Se cuenta que una vizcondesa inglesa seguidora de Mrs. Bloomer, se atrevió a llevar una minifalda que más bien parecía un 'tu-tu' sobre unos leotardos. Un humorista llamado Leech, sentenció: «Tal será el resultado de la moda de los pantalones femeninos». Y antes de que en el continente se extendiera el nuevo atuendo, en Francia, Madame Saqui, celebre acróbata, adoptó la moda para realizar su número. Pero, tuvo que pedir ¡Permiso al Gobierno! Bien es cierto que debajo llevaba unos pantaloncitos con sus lacitos y puntillitas, tipo bombacho.