Disfrutar de unos días de vacaciones se ha convertido en una de las prioridades imprescindibles para buena parte de los españoles, que lo justifican como un hábito saludable y muy necesario para desconectar de la rutina laboral y superar el estrés. De hecho, aseguran que están dispuestos a sacrificar actividades de ocio durante el año y ahorrar en ciertos gastos del día a día para poder viajar, relajarse y divertirse durante los días de descanso.
La realidad económica actual y la inflación complican sufragar este tipo de experiencias ante el aumento de las tarifas que han experimentado hoteles, aerolíneas e, incluso, los bares y restaurantes, lo que está provocando que la mayoría de los españoles, un 57%, haya tenido que planificar sus salidas y recortar los gastos para poder ir de vacaciones.
Según la plataforma de viajes ViajerosPiratas, los españoles, sobre todo entre los más jóvenes, sufren un estado de cierta ansiedad por no tener reservadas sus vacaciones ni saber si su presupuesto se lo va a permitir a estas alturas ya del verano.
Cada vez se habla más de la denominada notriphobia, ansiedad provocada por no tener previsto ningún viaje de placer. En este contexto, el Observatorio Europeo de Tendencias para verano 2024 sostiene que la llamada generación Z son las personas que más padecen este tipo de afecciones y en su informe señalan que el 65% han optimizado sus gastos para poder disfrutar de unos días de divertimento.
Además, explica que casi la mitad de los ciudadanos optará los meses de julio, agosto y septiembre por pasar sus vacaciones cerca del mar, al menos durante una semana, con un gasto medio que calcula se situará entre los 500 y los 1.500 euros por persona.
Asimismo, los expertos precisan que, aunque mayoritariamente los españoles siguen viajando entre julio y agosto, los jóvenes prefieren evitar la temporada alta y optan por disfrutar sus días de asueto en otras épocas más económicas y menos saturadas de turistas.
Reservas
Asimismo, los españoles están entre los europeos menos previsores a la hora de planificar sus vacaciones de verano. De hecho, un 32% asegura que reserva con menos de un mes de antelación y apenas un 8% planifica su ruta medio año antes.
En este sentido, son los únicos europeos que optan preferiblemente por permanecer en su propio país en los meses estivales, principalmente en las islas, la costa andaluza y mediterránea.
Entre quienes viajarán al extranjero, se registra un gran auge por Asia, que es el continente elegido por el 36% de los viajeros nacionales.
Según Turespaña, en los cinco primeros meses de 2024, el país ha recibido 38,7 millones de pasajeros, un 13,6% más que en el mismo período del año pasado y, de seguir con la tónica actual, podrá alcanzar el máximo histórico y superar el año pasado que registró 84 millones de turistas, un 19% más que en 2022 y un 1% más que en 2019 que era la mayor referencia hasta la fecha. Se trata de una potente industria que ya se acerca en volumen de negocio al 14% del PIB nacional y que solo en 2023 dejó unos ingresos de más de 108.000 millones de euros, un 23,8% más que en 2022 y un 17,4% más que en 2019.
Respecto al empleo, el sector roza ya los tres millones de afiliados a la Seguridad Social (2.891.188) después del crecimiento del 5% registrado al cierre del pasado mayo, lo que representa el 13,6% del total de la economía nacional. Así, por ejemplo, el indicador en el conjunto de la hostelería y las agencias de viajes y operadores turísticos aumentó en todas las comunidades. En términos relativos, destacan los de Andalucía y Canarias, que crecieron un 5,7% interanual, y de Madrid, que lo hizo un 5%.
España se ha consolidado como uno de los destinos favoritos del turista internacional y se plantea el gran reto de mejorar la rentabilidad y la calidad de este segmento con viajeros de mayor poder adquisitivo. A día de hoy, cuenta con el Reino Unido como el principal mercado emisor en el país en 2023 con casi 17,3 millones de viajeros, seguido de Francia (11,81 millones) y Alemania (11 millones).