El Consejo de la Juventud de Castilla y León (CJCyL) conmemoró ayer en Villamuriel su 40º aniversario con un evento cargado de simbolismo y reflexión sobre el trabajo realizado durante las últimas cuatro décadas en favor de los derechos y la participación juvenil. Durante la celebración, se presentó el nuevo logo de la entidad, un cambio de imagen que simboliza la renovación y el compromiso de seguir siendo un referente para la juventud de la región. «Más moderno, más fresco y, por supuesto, más juvenil. Tenemos 40 años, pero seguimos siendo jóvenes, y la imagen importa», afirmó Sandra Ámez Sáez, su presidenta.
La gala contó con la presencia de importantes autoridades como la directora general del Instituto de la Juventud de Castilla y León, representantes del Consejo Económico y Social de Castilla y León, y empresas colaboradoras como Galletas Gullón. También estuvieron presentes anteriores directores generales del Instituto de la Juventud, quienes han sido testigos y partícipes del camino recorrido por el Consejo durante estas cuatro décadas. La presencia de estas figuras clave subraya el papel que el CJCyL ha desempeñado en la construcción de políticas juveniles y en la colaboración con instituciones y empresas. Además del estreno de la nueva imagen, el evento incluyó varias mesas de diálogo en las que se analizaron tanto los logros como los retos pendientes del Consejo. «Este aniversario no solo es una celebración de cuatro décadas de trabajo, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el camino recorrido, agradecer a quienes han sido parte de esta gran familia y reafirmar el compromiso de las personas jóvenes por, para y con Castilla y León», destacó Ámez.
Una de las mesas de diálogo estuvo formada por anteriores presidentes del Consejo, quienes compartieron sus experiencias y aportaron una perspectiva histórica sobre la evolución de la organización desde su fundación en 1984. «Este espacio ha sido esencial para recordar cómo empezamos, las dificultades que superamos y cómo, a lo largo de los años, hemos logrado consolidarnos como interlocutores válidos frente a las administraciones», señaló Sandra Ámez Sáez.
Otra abordó la influencia del CJCyL en la mejora de las políticas públicas dirigidas a la juventud en Castilla y León y puso en valor la importancia del asociacionismo juvenil como herramienta clave para articular propuestas y dar forma a las políticas que afectan a las personas jóvenes.
«Nos quedan muchos años más de trabajo, de reivindicación y de seguir generando incomodidad cuando sea necesario», concluyó Sandra Ámez Sáez, dejando claro que el Consejo seguirá siendo una voz activa y comprometida en la defensa de los derechos de las personas jóvenes en Castilla y León.