El director, productor y guionista Michel Franco (Ciudad de México, 1979) es uno de los más interesantes de su generación porque cada película en la que se involucra es diferente. Si en Nuevo Orden narraba el caos y la violencia que puede generar una revuelta social e, inmediatamente después, la represión ejercida por un gobierno militarizado para acabar con ella, ahora en Memory narra una historia de amor.
Los dos protagonistas de su película son personas heridas, con vidas donde la memoria tiene una parte fundamental. ¿El germen de ella era hablar de personas rotas o de la importancia de la memoria?
Me inclino por personas rotas. El punto de partida se me ocurrió en una reunión escolar: a la salida, él la seguiría y, de alguna forma, la acosaría siguiéndola hasta su casa. Me pareció muy cinematográfico, sin saber por qué. Y cuando me empecé a preguntar quiénes eran este hombre y esta mujer, y por qué la sigue, entendí que son dos personas rotas. Pero hasta que leí mi propia escaleta de guion, no me di cuenta que todo estaba relacionado con la memoria.
Plantea el respeto a las personas con problemas mentales. ¿Cree que es necesaria una revisión sobre cómo se trata a los enfermos mentales?
Efectivamente, el hermano del protagonista lo tiene apartado del mundo precisamente por amor, pero le puede asfixiar, le puede hacer daño. No importa la educación, la preparación, creo que, a veces, todos podemos llegar a limitar la vida de la gente que tiene problemas mentales creyendo que así les ayudamos. Aquí lo que se plantea es que la vida de Saúl puede ser plena, y su condición mental es degenerativa pero no se sabe a qué ritmo. Falta entendimiento hacia los exalcohólicos, el cuñado de Sylvia no se fía de ella, aunque dejó de beber hace 13 años.
Quizás el tema más grave que plantea es el silencio cómplice que hay en algunas familias que provoca situaciones desafortunadas…
Pienso que eso ocurre porque, a veces, la gente piensa que si hay un problema y no se habla, deja de existir y eso no es así. Es todo lo contrario, los problemas no atendidos, los conflictos, se pueden volver tumores malignos que crecen. Por eso, el personaje de Sylvia me parece muy valiente siempre ha visto todo de manera muy frontal.
La película reposa en el buen trabajo de Jessica Chastain y Peter Sarsgaard. ¿Fue complicado fichar a estas dos estrellas?
Realmente a ellos les molesta ser vistos como estrellas y no como actores de reparto, al mismo tiempo están involucrados en un sistema de agentes y managers que hacen difícil el acercamiento. Pero ellos, buscan papeles de calidad. Jessica es una actriz que está muy satisfecha de cómo le ha ido su carrera, y fue la que me llamó para protagonizar esta película, porque el guion también lo conocía su agente. Con Peter fue Jessica quien me lo sugirió, porque una historia de amor donde no hay química no funciona, y los directores no hacemos milagros.