Editorial

Procesiones, peticiones y anhelos acaban pasados por agua

Diario Palentino
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Es importante, por no decir imprescindible, disponer siempre de un plan b

Es importante, por no decir imprescindible, disponer de un plan b en todos los frentes,  sean estos políticos, sociales, culturales, educativos, recreativos o tradicionales. Hemos asistido a una Semana Santa pasada por agua, en la que cofradías y hermandades han tenido que acordar la suspensión de procesiones y su sustitución por actos breves a la puerta de sus sedes o en el interior de los templos, cuando no limitarse a dejar la imagen titular expuesta para que los fieles, devotos y curiosas pasaran a presentarle sus respetos, a rezar, a lamentarse por la meteorología adversa o simplemente a conocer y admirar la talla y el trono. Ha sido algo generalizado en toda España, con algunas excepciones que pueden tildarse de afortunadas, y muchas, muchas lágrimas, sobre todo de aquellos cofrades que solo salen un día al año acompañando a su Virgen o su Cristo titular. 

En Palencia también se han visto lágrimas, aunque por suerte en la capital las nueve cofradías y hermandades participan en todos los desfiles procesionales, aunque no sean las organizadoras, con lo que el dolor y la frustración se reparten un tanto. Claro que también es mayor para cada una por cuanto es posible que, como en la de ayer, participen con una de sus tallas. Prepararse todo un año y tener que renunciar en el último momento es triste. Y si además la Semana Santa cuenta con el plus, como este año, de ser retransmitida en sus días grandes por La 2 de RTVE, la suspensión todavía es peor. Y suele más. Ha habido que buscar un plan b para que esas retransmisiones no quedaran vacías, a base de imágenes, de las palabras de los conocedores de estas manifestaciones de la devoción popular, de los actos sustitutivos y de un recorrido por el patrimonio palentino. De igual modo que los organizadores se las han ingeniado para que, a falta de las esperadas procesiones, el Jueves, el Viernes y el Sábado Santo tuvieran eco entre quienes esperaban. Oraciones, música, poesía y ofrendas han paliado en parte otras ausencias.

En estos casos había posibilidades de ejecutar un plan b, una alternativa, de igual modo que lo hay en un buen número de ocasiones  en otros ámbitos. Sin embargo, no siempre es posible, sobre todo si no depende de quien más lo necesita. Así sucede en Palencia con la Administración de la Justicia. Sus máximos representantes llevan tiempo demandando un nuevo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción, el número 8, para evitar que los otros lleguen a colapsar por la carga de trabajo asumida. Pero, no hay forma de que el ministerio se dé por aludido. Tampoco hay perito en la Oficina Judicial desde hace año y medio ni se pone fin a una interinidad que ya alcanza a un tercio de la plantilla. Lástima.