El Ministerio de Sanidad advierte de que entre los factores de riesgo asociados a las temperaturas extremas se encuentra la edad. En este sentido, la entidad ministerial pone el foco en los lactantes y menores de cuatro años, así como en las personas mayores de 65.
Este último segmento poblacional es el que representa el cien por cien de los fallecimientos atribuibles al calor en la provincia. De acuerdo con los datos publicados por el Instituto de Salud Carlos III (Isciii), los 65 muertos por el aumento del mercurio en julio y agosto tenían una edad superior a los 65 años.
La mayor parte de los fallecidos superaba la franja de los 85 años. En concreto, 41 de los 65 decesos del verano se encuentran en este cohorte. Por su parte, 24 personas de entre 65 y 84 años fallecieron a causa del calor.
GÉNERO. En cuanto al género, el Isciii atribuye esta causa al fallecimiento de 39 mujeres y 25 hombres, si bien esta cifra, al estar sujeta a constantes modificaciones, conlleva una diferencia de un fallecido respecto al dato total emitido por la entidad. En este punto cabe recordar que las cifras que aporta la entidad no son completamente definitivas, pues un fallecimiento puede atribuirse a las temperaturas y, posteriormente, desechar esta posibilidad tras esclarecerse la causa de la muerte.
Este patrón ya se produjo el pasado verano, cuando las muertes atribuibles a las temperaturas también estuvieron más presentes en mujeres que en hombres. Así, entre el 1 de julio y el 31 de agosto de 2023, 19 mujeres murieron directa o indirectamente por esta causa, mientras que los 13 restantes fueron hombres.
También en el estío de 2022 las mujeres fueron más castigadas por la subida del mercurio, con 34 fallecidas en julio y agosto frente a los 23 hombres muertos en el mismo intervalo.
En este sentido, es importante recordar que las mujeres gestantes son también un colectivo de riesgo ante las prolongadas exposiciones al calor, tal y como advierte Sanidad.
Otros factores personales a tener en cuenta ante las altas temperaturas son las enfermedades cardiovasculares o respiratorias, el hecho de estar recibiendo determinados tratamientos médicos o las dificultades en la autonomía, por citar algunos de los mencionados por la entidad ministerial.