Si mañana arrancan oficialmente las fiestas con el pregón ayer lo hicieron de forma oficiosa -pero no menos solemne- con el minipregón, una de las novedades que el Ayuntamiento ha incluido en el programa y que corrió a cargo de la Escuela de Danza Smile. Julia Rodríguez, Martín González, Olivia Terán, Jimena Terán y Noelia Llamas fueron los encargados de pregonar el inicio de los sanantolines entre los más pequeños, el cual por ser infantil no fue ni mucho menos serio, ya que estuvo cargado de reivindicaciones. Así, en nombre de toda la escuela de danza y de todos los niños de la ciudad, pidieron «a los que mandan» que, «todos bailemos juntos para hacer una coreografía que haga de Palencia una ciudad mejor».
«Queremos que construyan una ciudad donde los niños de ahora puedan seguir bailando laboral y familiarmente en el futuro», aseguraron los pregoneros, que también reclamaron que el Ayuntamiento tenga en cuenta sus opiniones a la hora de elaborar el programa de fiestas, «mayor conciencia sobre el medio ambiente», «zonas deportivas, parques y juegos infantiles en buen estado» o «espacios públicos donde poder jugar con los amigos cuando hace mal tiempo». También se acordaron de solicitar que se «tenga en cuanta a los niños que sufren algún tipo de discapacidad en las actividades de ocio y cultura». Finalmente, tuvieron palabras para los abuelos, para quienes exigieron que «desde las administraciones estén muy pendientes de sus cuidados y oferta cultural y de ocio».
El pregón infantil estuvo dirigido por los consejeros infantiles y juveniles de la ciudad. Las tenientes de alcalde Noa Pascual e Irene Barrios felicitaron al Ayuntamiento por contar más con los niños y jóvenes de la ciudad en las distintas actividades que se realizan a lo largo del año. «Participaremos en más actos de la ciudad y estamos deseando hacerlo porque nuestra voz es importante y debe oírse», aseguraron.
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La aplaudida actuación del coro del CEIP Padre Claret y de la propia Smile y el espectáculo infantil ¡Uh! ¡Qué canguelo!, Xip Xap, pusieron el broche a un pregón que contó con la presencia de las peñas en una abarrotada plaza Mayor.