Editorial

El abuso del alcohol es un problema y así debe ser considerado por la sociedad

DP
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En muchas ocasiones se han minimizado las consecuencias negativas que conlleva su consumo excesivo. Por eso, hace falta más pedagogía

Varios refranes populares recuerdan que el exceso es negativo y que en lo idóneo está la virtud. Un claro ejemplo de cómo la desmesura puede arruinar una o más vidas lo encontramos en el consumo de alcohol, una sustancia que, pese a ser legal y adquirirse a través de varios productos en supermercados y bares, puede desembocar si se abusa de ella en enfermedades graves (como la cirrosis), problemas sociales (conflictos con amigos, familia y compañeros de trabajo) e, incluso, la muerte. Desde la asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Palencia (ARPA) siempre nos recuerdan que esta droga, al igual que el resto, no es un juego y ofrece ayuda a los enfermos para que salgan del callejón antes de que se encuentren totalmente encerrados en él.

A lo largo del año pasado, esta entidad palentina atendió a 267 personas, un 113,6% más que en 2013. La cifra es superior, por lo que significa que hay más pacientes que necesitan apoyo para no consumir alcohol, pero también deja entrever que son más las personas que reconocen que tienen un problema y que han de ponerle solución. Y eso es importantísimo para empezar a atajar esta cuestión, según explica el presidente de ARPA, Francisco Blasco. Si una persona piensa que es adecuado beber todos los días hasta perder el conocimiento o pensar en el alcohol desde que se levanta de la cama poco se puede hacer. Tampoco se puede hacer nada si sabe que tiene una enfermedad y se queda en casa, de ahí que el mensaje que hay que lanzar a las personas alcohólicas es claro: «hay que pedir ayuda».

Por otro lado, desde ARPA alertan de que los jóvenes abandonan antes de tiempo las terapias para dejar de abusar del alcohol. Creerse más listo que el maestro nunca es buena opción y aquí aún menos si cabe. Si el primer paso es reconocer el problema, el segundo es permitir que un profesional lo trate. Su salud está en juego.

En este punto, siempre conviene recordar los problemas que genera la ingesta abusiva de esta droga. Y hay que hacerlo de manera clara. No se debe esconder porque se cobra muchas víctimas y, entre ellas, los familiares y los seres queridos del alcohólico aunque no hayan probado nunca una gota de alcohol. El abuso es totalmente nocivo y así debe ser considerado por la sociedad, que en muchas ocasiones ha minimizado extremadamente las consecuencias negativas que conlleva una ingesta excesiva.

Por ello, es necesaria más pedagogía sobre lo que representa el alcoholismo y todas sus consecuencias entre la población, especialmente en esa edad en la que empieza a conocerse este compuesto químico que de maravilloso tiene poco o nada.