Una de las quejas más escuchadas de boca de las organizaciones agrarias respecto a la recientemente aprobada flexibilización de la PAC, y a la normativa comunitaria y nacional en general, es que la ganadería, y más en concreto la extensiva, suele ser la gran olvidada. Y no porque no estén pasándolo mal, porque de hecho los ganaderos suelen tener más problemas que los agricultores para mantener la rentabilidad de sus explotaciones. Prueba de ello es que, según COAG, 1.550 ganaderos en régimen extensivo se ven obligados a echar el cierre cada año y las cifras dicen que, desde 2006, España ha perdido 21.946 explotaciones de vaca nodriza y 6.132 explotaciones de ovino de carne.
Y para profundizar en las dificultades que han llevado a esta situación, además de en las necesidades y oportunidades de futuro del sector, este jueves y viernes tiene lugar en Toledo el Foro de Diálogo de la Ganadería Extensiva en España, en el que el problema del relevo generacional tendrá un gran peso específico. Todo ello sin olvidar otros asuntos importantes como los efectos del cambio climático, la sanidad del ganado, la rentabilidad de las explotaciones o las incertidumbres del mercado.
Esta cita -uno de los compromisos adquiridos por Planas con sus famosas 43 medidas-, organizada por el Ministerio de Agricultura, cuenta con la colaboración de las organizaciones profesionales agrarias, Cooperativas Agro-alimentarias de España y las comunidades autónomas y busca facilitar el diálogo entre estos agentes. Las conclusiones que se alcancen al finalizar las jornadas serán de «gran valor» para establecer una serie de actuaciones a corto, medio y largo plazo que favorezcan la sostenibilidad y rentabilidad de la ganadería extensiva española, según aseguran desde Agricultura.
¿Punto de inflexión? - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez MartínezUno de los asistentes a este Foro será COAG, que denunciará en las mesas de trabajo en las que participe la complicada situación en la que se encuentran las pequeñas y medianas explotaciones ganaderas en extensivo por los bajos de precios y reducidos ingresos, las problemáticas en torno a la gestión de la sanidad animal, los mataderos y la comercialización, así como las dificultades para encontrar relevo generacional o la incidencia del lobo y otros animales salvajes.
La organización agraria, además, rechazará frontalmente la imposición del veterinario de explotación (una postura que UPA y ASAJA comparten) y del plan sanitario integral.
«Tal y como hemos mantenido durante todo el proceso de negociación con Planas, es una medida que excede la normativa europea y que generaría más costes y burocracia para el ganadero sin aportar mejoras al cuidado, sanidad y bienestar de los animales. Una prórroga de la entrada en vigor de la normativa que recoge estas obligaciones no es suficiente; exigimos su eliminación», subraya Ángeles Santos, responsable de Ganadería Extensiva de la Ejecutiva de COAG.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) participará en la cita con una delegación de representantes de sus uniones territoriales y los sectores vacuno, ovino y caprino encabezada por su secretario de Ganadería, Román Santalla. UPA, con una gran implantación en el sector de la ganadería extensiva, en la que predominan las pequeñas explotaciones de carácter familiar, propondrá la aprobación de un Plan Estatal para la Ganadería Extensiva con medidas específicas de apoyo para lo que consideran «un sector clave, social, económica y ambientalmente» para la sociedad española.
Según UPA, este plan deberá caracterizar esta actividad en nuestro país para delimitar adecuadamente el destino de las diferentes líneas de apoyo y en el documento la ganadería de carácter familiar «debe ser el principal referente». El plan deberá englobar medidas para hacer frente a los principales problemas y retos que tiene el sector: rentabilidad, sanidad, relevo generacional, conflictos con la fauna salvaje (especialmente el lobo), impactos del cambio climático, ayudas de la PAC y valorización y reconocimiento de los servicios ambientales que genera la ganadería extensiva para toda la sociedad.
Según explican desde COAG, cada año 1.550 ganaderos se ven obligados a cerrar sus granjas. Sin embargo, en vacuno en extensivo la media de animales por explotación ha aumentado un 32 por ciento. «Desde COAG vamos a reivindicar un modelo que incentive una ganadería con ganaderos para no dejar en manos de grandes empresas, macroexplotaciones y fondos de inversión el futuro de nuestra ganadería extensiva».
Las políticas públicas y las estrategias comerciales de las grandes empresas empujan a la ganadería extensiva a un mayor dimensionamiento y una mayor burocratización. Esto dificulta la adaptación de las pequeñas y medianas explotaciones, de carácter mayoritariamente familiar, a las nuevas exigencias y sitúa a toda la ganadería extensiva en el punto de mira de los fondos de inversión, denuncian desde la organización.
Respecto a los beneficios de este modelo de manejo del ganado, UPA señala que España es uno de los países de la Unión Europea más afectados por los incendios forestales, un problema que amenaza con intensificarse debido a los efectos del cambio climático. En este contexto es imprescindible invertir en prevención y para ello la ganadería es un aliado imprescindible. En la Estrategia Forestal Española 2050 se señala a la ganadería extensiva como herramienta de gestión del paisaje, de prevención de incendios forestales y de mitigación del cambio climático en entornos agroforestales. Por ello, la organización defiende que es imprescindible una gestión de los montes que permita la limpia de cortafuegos y zonas de especial interés a partir del pastoreo con ganado extensivo. «Pero para fomentar este pastoreo es necesario destinar recursos con el fin de apoyar a la ganadería extensiva como mecanismo eficaz de lucha contra los incendios», recuerdan desde UPA.
Otra de las propuestas de UPA será la creación y promoción de una marca de calidad de ganadería extensiva. La marca deberá destacar la gran calidad de las producciones y el gran beneficio ambiental y social que hay detrás de los alimentos cárnicos de extensivo, de tal forma que el consumidor pueda valorar, reconocer y pagar ese diferencial.
UPA reclamará también más apoyos al «modelo de ganadería extensiva familiar» que contemple incentivos económicos y de otro tipo que valoricen este modelo de actividad ganadera, que provee de alimentos de calidad a la sociedad y contribuye a la mejora ecológica del entorno donde realizan su actividad, por ser una herramienta eficaz de gestión del paisaje, de conservación de la biodiversidad, de prevención de incendios forestales y de mitigación del cambio climático. «La sostenibilidad de la actividad ganadera extensiva pasa por la premisa de que sea una actividad viable y rentable desde el punto de vista social y económico».
COAG también sostiene que no se puede eludir la cuestión de la reducción de las ayudas de la PAC, que, a día de hoy, son un pilar imprescindible para garantizar la rentabilidad de este modelo de explotación.
Respecto a la sanidad animal, la organización asegura que debe ser compatible con la ganadería extensiva y que es necesario flexibilizar todo lo posible la normativa estatal sin incumplir las exigencias internacionales. También hay que valorar el riesgo, añaden, de transmisión de determinadas enfermedades a la ganadería extensiva a través de la fauna silvestre y cinegética. Otra de las medidas que propondrán en el Foro será la recuperación de las ayudas a las Asociaciones de Defensa Sanitaria (ADS) como alternativa a los veterinarios de explotación.
Asimismo, la organización defiende que se facilite la venta de producto desde las ganaderías en régimen extensivo y no solo la venta de animales vivos: una mayor flexibilización de determinados requisitos para la producción y distribución de los productos procedentes de ganadería extensiva en circuitos cortos de comercialización ayudaría a mejorar la rentabilidad de las pequeñas y medianas explotaciones, de carácter mayoritariamente familiar. Además piden que se recupere la red de mataderos públicos municipales y se ponga en marcha una red pública de mataderos móviles, de manera que se favorezca el acceso desde ganaderías de todo el país, lo ayudaría a reducir la dependencia de otros operadores y contribuiría a mejorar la propia comercialización de los productos procedentes de la ganadería extensiva en circuitos más cortos.
Otra de las medidas que COAG propondrá en la cita de esta semana en Toledo es la suspensión de la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, algo que todo el sector ganadero exige desde que en septiembre de 2021 el Ministerio para la Transición Ecológica dio a este depredador el máximo nivel de protección. Igualmente, rechazan los acuerdos de libre comercio porque aseguran que perjudican muy especialmente a la ganadería extensiva al favorecer la entrada en el mercado de productos de origen animal a unos precios que rompen el mercado y contribuyen a la destrucción de tejido productivo.
Respecto al que seguramente es el asunto más peliagudo, la organización lamenta que no existan políticas públicas que favorezcan el relevo generacional: no hay medidas de acceso y acompañamiento en el sector (programas de acogida, de rentabilidad, de formación, de acceso a la tierra o la protección del suelo agrario que impida el acaparamiento de tierras por fondos de inversión). Sostienen que para garantizar el relevo generacional hay que garantizar las condiciones de vida en los pueblos (acceso a la vivienda, a la tierra o a la sanidad pública) y evitar el aterrizaje de grandes infraestructuras y fondos de inversión.
En resumen, las organizaciones agrarias ven en el Foro de Ganadería Extensiva una oportunidad de oro para dar a este sector el impulso que necesita. Se trata de una rama productiva que merece todo el apoyo de las administraciones por los beneficios de todo tipo que brinda a la sociedad y no se puede olvidar que es una de las últimas actividades económicas que se puede encontrar en multitud de pueblos de zonas desfavorecidas.
Autobuses a Toledo.
Unión por la Ganadería (UpG), representando colectivos ganaderos de las provincias de Ávila, Salamanca y Zamora, junto con ganaderos de Toledo y provincias limítrofes, ha organizado una concentración para reivindicar la inclusión y consideración de sus propuestas. Esta concentración también tiene el objetivo de apoyar a los colectivos que tienen representación en el foro y forman parte activa de UpG.
La organización ha destacado la importancia de mejorar la sanidad animal y las condiciones socioeconómicas de las explotaciones, en su mayoría familiares, para sostener el tejido productivo rural y sus tradiciones. La organización ha dispuesto autobuses hacia Toledo, facilitando la participación de todos los interesados en apoyar esta causa y en asegurar que las voces de todos los colectivos sean escuchadas. Desde Unión por la Ganadería se hace un llamamiento a todos los ganaderos a sumarse a esta movilización: «Es esencial que todas las voces sean escuchadas para lograr una visión completa y efectiva de los retos y oportunidades que enfrenta nuestro sector», afirman los organizadores.