«Los sacrificios se han visto recompensados con los triunfos»

Jorge Cancho-Carlos M. Santoyo
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Nació en Zaragoza hace 20 años y desde los 15 reside en tierras charras. Este año debutaba con caballos en Ciudad Rodrigo y solo lleva 7 novilladas en su haber, si bien todo el mundo taurino no se cansa de alabar su temple, su pureza, su verdad...

«Los sacrificios se han visto recompensados con los triunfos» - Foto: Óscar Navarro

Que con solo 7 novilladas toreadas todo el mundo hable de usted, no es muy normal 

Es una satisfacción, sin duda, pues  el duro trabajo del invierno y todo ese sacrificio se ha visto recompensado con esos triunfos que han ido llegando a lo largo de la temporada.

Hubo triunfos importantes como Villaseca, Arganda y la final del Circuito de CyL, pero lo que de verdad ha impactado ha sido su concepto

«Los sacrificios se han visto recompensados con los triunfos»«Los sacrificios se han visto recompensados con los triunfos» - Foto: Óscar NavarroEs lo que busco, impactar al aficionado con mi tauromaquia, pues es la mejor forma de que te sigan poco a poco y cada vez más. 

Hablar de El Mene es referirse a un joven zaragozano de 20 años que mamó la profesión de su abuelo y su padre

Mi abuelo y mi padre fueron quienes me inculcaron la tauromaquia y gracias a ellos estoy aquí. Mi padre estuvo cinco años con Morenito de Aranda, y creo que es un torero que merece su respeto. 

Con solo 12 años se inscribió en la escuela de Zaragoza y con 15 años se fue a Salamanca

En Zaragoza lo hice como si fuera un juego y de allí marché a la Escuela de Salamanca, quedándome a vivir con el maestro Andrés Sánchez. Y fue allí, en la escuela charra, donde me inicié profesionalmente.

A esa edad, residir lejos de su familia no tuvo que ser fácil ¿Cómo se tomó su madre lo de esta profesión que ya había sufrido antes?

Al principio lo llevaba bien, pero cuando la cosa dejó de ser un juego, se la veía que pasaba y pasa mucho miedo. Con mi padre ya lo pasó mal, pues sufrió algún percance, y ahora le toca otro tanto de lo mismo conmigo. En cuanto a vivir lejos de la familia, he de reconocer que los primeros meses fueron complicados, si bien la familia de Andrés y él mismo lo dulcificaron con lo bien que me trataron.

2023 fue definitivo para dar el salto al escalafón superior, comenzando a destacar en Ciudad Rodrigo y en Castellón

Tuve la suerte de pasar por plazas de gran relevancia, como Bilbao, Mont de Marsan, Valencia o La Glorieta en las que puntué o, al menos, dejé buenas sensaciones. Luego, quedé finalista en el bolsín de Ciudad Rodrigo y más tarde cortaba una oreja en Castellón, donde me sentí muy a gusto y vi recompensado todo el esfuerzo realizado. 

Terminaba aquella temporada con 32 paseíllos, 60 orejas y 3 rabos y actuaciones para el recuerdo como la de Mont de Marsan

Fue una gran temporada. En cuanto a Mont de Marsan, era mi estreno en Francia y pude firmar una faena muy buena, además entró la espada en el sitio, pero el novillo se amorcilló y perdí las orejas con el descabello. Ojalá pueda volver a torear pronto por tierras galas. 

Estaba claro que en 2024 tenía que debutar con caballos lo más pronto posible y lo hizo en Ciudad Rodrigo

Un marco incomparable, en el que corté dos orejas a un novillo y me sentí muy acogido por la afición. Llegar allí con la ilusión por las nubes me posibilitó el triunfo en un cartel inmejorable, junto a Manuel Caballero, Valentín Hoyos e Ismael Martín, los más punteros. 

¿Notó el paso del eral al utrero?

Sí que se nota, sobre todo la despaciosidad de los novillos. Es otra seriedad, si bien todo es torear mucho para acoplarte más pronto. 

Tardó siete meses en volver a torear. Ahí empezó a darse cuenta de que el camino no sería fácil 

Sabía que tras el debut la cosa se podía complicar. Fueron siete meses parados en los que Borja Jiménez y Emilio de Justo me sirvieron de ejemplo y motivación. Al final, mi regreso fue en Arévalo, en una tarde que me sirvió de punto de inflexión, pues me vi evolucionado y eso me dio seguridad.

Luego dio dos golpes fuertes sobre la mesa: en Villaseca, por vía de la sustitución, y en Arganda, dejando sus credenciales: clase, verdad, temple y pureza

La tarde del Alfarero de Oro me lo dio todo con las dos orejas que corté a un novillo, mientras que en la de La Vid de Oro viví la faena más vibrante de mi carrera. Con respecto a mis credenciales, todas esas que ha enumerado son las que busco: el toreo eterno, que dice el aficionado.

Luego vendría el triunfo en el Circuito de CyL en Alba. Sin paliativos

En Alba ya había ganado sin caballos el Botijo de Filigrana, cortando un rabo, y hace unas semanas me llevaba allí el Circuito de CyL. Un día inolvidable, nada fácil, pero nunca las cosas son sencillas si quieres estar entre los más grandes. 

¿Le corre prisa la alternativa? 

No tengo prisa alguna. Primero he  de escalar puertos muy importantes, como Madrid y Sevilla, y seguir dando golpes sobre la mesa. Esto no deja de ser una carrera de fondo.