Ampudia se vistió ayer con sus mejores galas para recibir al Rey Felipe III y su esposa, Margarita de Austria, en una fiesta en la que se recreó con todo lujo de detalles la vida en la Castilla del siglo XVII con motivo de la conmemoración de la concesión del Mercado Franco el 10 de agosto de 1606, hace ya cuatro siglos.

La calle Corredera y otros puntos del casco histórico viajaron atrás en el tiempo con una esmerada decoración a la que dieron aún mayor vistosidad los trajes de época que lucían los ampudianos, herencia de un taller de costura en el que en su día se confeccionó un buen número de atuendos para hombre, mujer y niño. Prendas muy ornamentadas de colores vivos, brocados de seda y encaje propios de aquellos tiempos de gorgueras, cancanes, corsés.

La feria, organizada por el CIT Villa de Ampudia, arrancó en el atrio de San Miguel, donde La Hormiga amenizó a la comitiva con bailes de Pavana. Acompañados por los Dulzaineros de Ampudia, la Corte de Madrid y el resto del séquito se dirigieron después hacia el convento de San Francisco, donde hicieron su aparición los siempre poderosos duques de Lerma.

Estos fueron recibidos después por el monarca en el castillo, hasta que el noble castellano llegó escoltado por los Tercios de Flandes. Desde allí se dirigieron a la plaza de Francisco Martín Gromaz, donde intervino el soberano, se dio lectura al privilegio de la concesión del mercado e intervino la embajadora turística, figura que este año recayó en la periodista Noemí Morante, de CyLTV.

Esta Feria Barroca es, sin duda, «una de las citas más esperadas del año», señaló el presidente del CIT, José María Gutiérrez, quien destacó también la «gran participación vecinal» y tuvo palabras de agradecimiento para el Ayuntamiento y la Fundación Eugenio Fontaneda por su colaboración.