La empresa Viacón comenzó ayer a trabajar, tal y como estaba previsto, en la transformación de la calle de Antonio Maura, concretamente en la confluencia de esta con las de Doña Urraca y Padre Higinio Aparicio, una actuación que forma parte de las obras de semipeatonalización vinculadas a la zona de bajas emisiones (ZBE) y que también afectan a las calle Burgos, La Cestilla, Don Sancho, Menéndez Pelayo y a la plaza de Isabel la Católica.
No hubo que lamentar problemas de circulación graves más allá del tiempo que residentes, empresas de reparto y el resto de conductores se acostumbraron a una restricción que también afecta a la calle de Menéndez Pelayo, por la que solo se puede circular en su tramo hasta la calle de Pedro Romero.
Al resto de esta vía, así como a la propia Antonio Maura está prohibido acceder salvo para entrar o salir de los vados o realizar tareas de carga y descarga. Además, los conductores que utilizan la calle de Doña Urraca son redirigidos hacia Padre Higinio Aparicio.
Esta situación durará hasta finales de agosto, junto hasta el inicio de las fiestas de SanAntolín, según avanzó el Ayuntamiento. Además de renovar las conducciones de abastecimiento de agua, se igualarán calzada y aceras, pero no con el sistema de asfalto pulido del último tramo de Antonio Maura, sino con el mismo sistema de adoquines de Mayor Antigua.
El cruce de esta calle con Higinio Aparicio y Doña Urraca, donde ahora trabajan las máquinas, se reformará para crear una estancia que albergará un dibujo de una rosa de los vientos de ocho puntas y varios maceteros en las aceras. La zona de carga y descarga junto al bar El Recreo será eliminada.