Palencia, como otras muchas provincias y regiones de España, vio como muchos de sus vecinos marcharon a otros puntos del país y del extranjero en busca de un futuro mejor. El apego por la patria chica, a pesar de la distancia, tiene su máximo exponente en las Casas de Palencia, que sirven de encuentro a aquellas personas vinculadas por su origen en el «Granero de España», como dice su himno.
Actividades típicas palentinas y tradiciones culturales y religiosas de la provincia tienen una importante presencia más allá de nuestras fronteras. Quizá años atrás vivieron momentos mejores, pero hay centros que aún sobreviven y enarbolan la bandera morada con el lema armas y ciencia y el escudo provincial, formado por la suma de los siete antiguos partidos judiciales: Palencia, Carrión de los Condes,Cervera de Pisuerga,Frechilla, Baltanás,Astudillo y Saldaña. Burgos, Durango,Asturias, Cantabria,Vitoria o Baracaldo son algunos de los lugares que mantienen activa una casa provincial. De hecho, tienen el mismo problema que la propia provincia: la falta de nuevas generaciones y de juventud que aporte savia nueva a las instituciones.
El presidente de la Casa Palentina baracaldesa (que, como nota curiosa, se encuentra en el número 1 de la calle de SanAntolín) es el cisneriense Andoni Paredes Andrés (1941), que lleva en el cargo desde 2003. Nacido enTierra de Campos, marchó con sus padres al PaísVasco con apenas unos meses de edad. «Llevo prácticamente toda mi vida aquí», explica.
Aún así, nunca ha olvidado su lugar de origen, al que regresaba cuando era joven para disfrutar del verano con la compañía de sus abuelos. Prejubilado de la desaparecida empresa Altos Hornos de Vizcaya, también es el máximo responsable de la Federación de Centro de Castilla y León en el País Vasco desde 2014, entidad que engloba a 18 organizaciones de la comunidad radicadas en los territorios de Álava,Guipúzcoa y Vizcaya, y el vicepresidente primero de la Confederación Internacional de Casas Regionales de Castilla y León.
El BoletínOficial de Castilla y León (Bocyl) publicó el pasado 27 de noviembre que había ganado el Premio Castilla y León en el Exterior en la categoría de Persona enEspaña. Era la primera vez que se convocaban estos reconocimientos y, por tanto, inaugura el palmarés junto a la Casa de Salamanca en Leganés (centro nacional), la Colonia Zamorana de Cuba y Pedro Bello (lugar y persona en el extranjero, respectivamente). ¿Qué sintió al recibir la noticia de esta distinción?
Es un orgullo lograr este premio porque es un reconocimiento al trabajo que llevamos haciendo todos los centros en el PaísVasco. Aquí somos bastante provincialistas y agrupar a las organizaciones de las tres provincias fue difícil, ya que muchas casas se crearon hace sesenta o setenta años. Incluso, alguna de ellas es centenaria.
Además, hay que tener en cuenta las características que hemos tenido en la comunidad autónoma vasca durante muchos años y fue muy duro mantener las casas abiertas y fieles a nuestra tierra de origen. En el pasado, nosotros, prácticamente, en cada ciudad tenemos un centro regional y durante los domingos y en las fiestas sacábamos las banderas a la balconada y la izquierda abertzale estaba en contra.Fueron tiempos difíciles para mantener nuestra raigambre, costumbres y cultura, de dónde veníamos, lo que somos y lo que representamos. Ahora ya no ocurre eso, ya ha cambiado todo.Estamos bastante más integrados. Creo que supimos integrarnos en la sociedad vasca.
Es una distinción que recojo con mucha ilusión y mucho cariño. Ya era hora que se reconociera, no mi labor, sino la trayectoria de todas las casas.
Habla de entidades con muchos años de trayectoria
Sí, el Centro Burgalés de SanSebastián cuenta con 112 años y el de Baracaldo tiene 102. La mayoría tiene más de sesenta años, por lo que también son veteranos. La Casa Palentina de Baracaldo se fundó en 1957.
¿Cuántos socios componen actualmente la Casa Palentina?
Somos 231 socios activos nominales, a los que se suman varias secciones infantil y juvenil y aproximadamente medio centenar de afiliados más que, por edad o por su situación (viven en residencias o no salen de casa) no vienen.
¿Qué actividades lleva a cabo en la actualidad la Casa Palentina de Baracaldo?
Mantenemos nuestras costumbres con la realización de semanas culturales y otras muestras del folclore. Contamos con un coro, llamado Amanecer, que está compuesto por 25 voces; un grupo de dulzaineros y un equipo de fútbol, aunque ya somos un poco mayorcitos, pero ahí seguimos. Tenemos una amplia presencia cultural enBaracaldo y en localidades limítrofes. Todos los años, por poner un ejemplo, nuestra agrupación coral no hace menos de veinticinco o treinta actuaciones allí donde nos llaman. Pero el verdadero trabajo está en el propio centro.Muchos de los socios tenemos una cierta edad y cuesta mantener la sede de la sociedad, que es bastante amplia. Mide unos 250 metros cuadrados.
¿Qué puntos débiles tiene actualmente esta organización?
La falta de relevo generacional es nuestro gran handicap. Nuestros jóvenes ya no se involucran tanto con los centros regionales como lo hacíamos nosotros. Nos llevaban nuestros padres, conocíamos a gente y aprendíamos los pueblos así como las banderas y sus significados. Ahora, los chavales no van a estos lugares. Les sucede a todas las casas. Es una cuestión general por la edad y otras circunstancias de la vida. De hecho, la Casa Palentina de Baracaldo es una de las que mejor está y es como el buque insignia del resto. Otras tienen muy poquita gente y trabajan poco. Nuestra lucha actual es potenciar las juntas directivas con gente de mediana edad porque tienen por delante más años para poder trabajar.
Lamentablemente, me temo que una vez que desaparezcamos aquellos que estamos manteniendo nuestra cultura y nuestro folclore poco a poco irán desapareciendo. Pero me imagino que todo es ley de vida. Todo comienza y todo se termina.
Echa en falta relevo generacional en estos momentos, pero ¿cuál fue la época de mayor apogeo?
En nuestro caso concreto, calculo que hace unos quince o veinte años. Éramos todos bastante más jóvenes y había más de 400 socios de forma permanente, además de aquellos que por diversas circunstancias no acudían regularmente. Por aquel entonces hacíamos numerosas excursiones por Palencia y por otros lugares, el centro tenía una obra de teatro y acudíamos a jugar las partidas de cartas. Teníamos prácticamente llena la sede todos los días. Además, dejábamos un espacio para que los chavales hicieran sus actividades.
Además de introducir a personas de mediana edad en las juntas directivas, ¿están efectuando alguna medida en las casas regionales del PaísVasco para luchar por su superviviencia?
Tenemos que cambiar el chip. Hasta hace unos años, todas las casas regionales de Castilla y León nos mirábamos hacia dentro.Es decir, teníamos nuestras actividades, nuestros socios y trabajábamos para nosotros.Ahora tenemos que abrir las puertas del centro (con actividades como gimnasia o bailes de salón) para tener alguna fuente más de ingresos que ayuden a nuestra economía. Y tendrán que ir abriéndose todos y dar cabida a más personas, en nuestro caso, a los baracaldeses. Además, intentaremos que los hijos de los que actualmente van aprendan a tocar la dulzaina. No podemos seguir cerrados y que al centro de Valladolid solo vayan vallisoletanos o al de Zamora, zamoranos.
Por otro lado, mi gran meta es agrupar a los centros de Castilla y León. Es muy difícil, o casi imposible, que estemos todos en una casa común porque cada uno tenemos la nuestra en propiedad y no se puede vender para hacer un centro de la comunidad, pero dentro de las posibilidades de cada uno, dentro de la federación que represento, estamos superándonos en algunos aspectos, especialmente en los apartados social y cultural.
¿Cómo se financian estas instituciones actualmente?
La economía es un problema que siempre hemos tenido. Tenemos dos entradas, las cuotas de los socios y las subvenciones, aunque estas son muy escasas. El Ayuntamiento de Palencia recibimos 1.000 euros y de la Diputación, 1.500 euros. Con esas cifras no podemos hacer mucho. Al ser las sedes propiedad de los centros tenemos gastos de comunidad, de contribución y de mantenimiento. El Consistorio de Baracaldo nos da otra subvención y también nos ayuda. Precisamente, el 16 de noviembre celebramos laSemana Cultural de laFederación de Centros de Castilla y León en País Vasco y logramos juntar a 400 personas, que no es poco, con diversos actos y una comida en el frontón baracaldés.
No obstante, cuando llaman a nuestros grupos para que actúen lo hacemos de forma altruista. No cobramos, como no podía ser de otra forma. Aguantamos como podemos.
¿Reciben otro tipo de apoyo de las instituciones palentinas, más allá del aspecto económico?
No. Lamento decirlo, pero apoyo no hay ninguno. Cuando hacemos la SemanaCultural se invita a la alcaldesa de Palencia y la presidenta de laDiputación y por aquí no viene nadie. Nosotros acudimos al Día del Palentino Ausente y al Día de laProvincia, que, prácticamente, es todo nuestro contacto con estas administraciones.
Precisamente, la Casa Palentina de Baracaldo es una de las entidades que participa en el Día del Palentino Ausente.En 2023, el presidente de laCasa de Palencia en Cantabria, SalvadorCarretón, aseguró que son «la mejor publicidad, la más barata y la más efectiva que puede tener Palencia, porque nos sentimos orgullosos de ser palentinos, un sentimiento que llevamos en la sangre». ¿Opinará igual?
Sí. El sentimiento palentino lo tenemos arraigado desde niños y estamos muy orgullosos de ello y de representar a Palencia. En Baracaldo ondean la bandera prácticamente en todas las fiestas y para hacerlo, hay que estar y nosotros estamos. En el PaísVasco éramos cuatro casas palentinas, pero una cerró.
¿Cree que la celebración del Día del Palentino Ausente tendría que volver a desarrollarse como en el pasado?
Sí. Lo echo mucho en falta. Recuerdo que antes íbamos al parque del Sotillo, donde hacíamos una fiesta popular, a la que iban todos, entre otros, nuestros familiares de pueblos limítrofes y pasábamos un día maravilloso. Cada una de las Casas de Palencia montábamos una caseta. Nosotros llevábamos unos cincuenta o sesenta kilos de sardinas para asar. Y el alcalde de la capital,Heliodoro Gallego, y el presidente de laDiputación, Enrique Martín, siempre estaban con nosotros. Además, vinieron aBaracaldo a visitarnos. Desde hace tiempo, la celebración es algo más cerrada.Llegamos sobre las once de la mañana y nos metemos en el Teatro Principal, donde se hacen los actos. Luego vamos a comer y, por la tarde, volvemos a casa. Estamos un poco encerrados. Antes era como una romería. En mi opinión, era bastante mejor.
Respecto al Día de la Provincia, la administración provincial nos pone unos autobuses para ir al pueblo donde se celebra. Antes íbamos dos días y en una jornada había una celebración conmemorativa para las casas. Ahora no, ahora solo vamos al lugar en cuestión y ya está.
¿Esta falta de apoyo también sucede con otras administraciones locales del resto de provincias de Castilla y León?
Por lo que me cuentan desde otros centros, el apoyo oficial es bastante pobre, tanto económico como social. Y es una pena. El primero es muy importante, pero el segundo también. No vamos a pedir que estén aquí siempre, pero qué menos que en nuestro día de laSemanaCultural, cuando el centro está lleno de socios, estén las autoridades de nuestra provincia. Es triste.
¿Y la Junta?
Últimamente se porta bastante bien. A través del cargo de vicepresidente primero de la Confederación Internacional de Casas Regionales de Castilla y León, he tenido muy buena relación con el presidente de la Junta, AlfonsoFernández Mañueco, pero también debo quejarme de que son muy reacios a visitarnos. En la Semana Cultural vinieron representantes del Gobierno vasco, de los ayuntamientos limítrofes y, lamentablemente, de la Junta no.
Por otro lado, el ejecutivo autonómico está potenciando la vuelta a Castilla y León.
En alguna entrevista previa explica que los hijos de emigrantes, los cuales ya han nacido fuera de Palencia, «no tienen el sentimiento de arraigo» que tuvieron sus padres y sus abuelos. ¿Por qué sucede este hecho?
Entiendo perfectamente que suceda esto. Por ejemplo, yo me crié aquí, pero iba a Cisneros todos los veranos con mis abuelos. Conocí lo que era la vida allí.Como ya he dicho, el relevo generacional es muy difícil o prácticamente imposible. Nuestros hijos nacieron, estudiaron e hicieron sus amigos aquí y se involucraron más en la vida de Euskadi. Además, la vida ha cambiado mucho, los chavales disfrutan de más libertad que las personas de mi generación y van donde les parece. En algunos casos, los pueblos les ofrecen pocas alegrías. A ello hay que sumar que nosotros, en ciertas ocasiones, hemos perdido a nuestros familiares y es bastante más difícil volver si no dispones de una vivienda. Antes podíamos ir a casa de una tía, pero si ya no está.