Personas «con empeño quijotesco», los denominó el periodista Javier López en la presentación del evento El empleo en la España Rural, organizado por Fundación Mahou San Miguel y Cruz Roja y celebrado en Madrid. Pero ellos mismos trataron de restar romanticismo a algo que, pese a la humildad de sus protagonistas, se asemeja a una gesta del ilustre personaje de Cervantes. Son emprendedores. Pero no de esos que llenan de humo las redes sociales desde modernos áticos en las calles de moda de las grandes capitales. Ellos, y sobre todo ellas, decidieron que sus negocios se iba a ubicar en la mal llamada España Vaciada, en esos territorios olvidados, pero que como subrayó varias veces el presidente de Remcader, Jesús Ortega, son imprescindibles para el día a día de las grandes urbes: «Sin el medio rural va a ser imposible vivir en la ciudad». Y estos emprendedores, que fijan la población gracias a la creación de empleo, no pueden ni deben estar solos: es necesaria la creación de alianzas y redes de apoyo por todo el territorio para que puedan seguir impulsando sus negocios. Esta fue una de las principales conclusiones extraídas durante el encuentro en el que distintos expertos y emprendedores dialogaron sobre los retos y oportunidades de las zonas rurales de España.

«Antes nos llamaban locos, ahora somos visionarios. Pero es que la línea entre ambas cosas es muy fina. Y yo animo a cruzarla», apuntaba Verónica Ruth, que se lanzó a la aventura de crear un punto de encuentro de artistas en Villanueva del Rosario y ha acabado por poner a este pueblo malagueño en la vanguardia artística. Su testimonio llegó en la última mesa redonda de la jornada, donde varias emprendedoras contaron sus peripecias en esa España rural a la que decidieron unir sus destinos. «No siempre emprender significa que vamos a ganar más. Surgen muchos problemas y hay que ser consciente de ello. A veces es como una pareja: te enamoras y todo es bonito, pero luego que no todo es tan bonito», señalaba entre risas Noemí González que desde el malagueño pueblo de Tolox vende sus plantas al mundo. En esa misma línea, ?Blanca Moreno, que dirige el Molino de Alcuneza en Sigüenza, avisaba de que «no es fácil vivir en el mundo rural», aunque señaló la importancia de intentar «que el talento vuelva a casa, a los orígenes» «Hay que explicar que el arraigo no es de perdedor, es de ganador», enfatizó. 

Oportunidades

Con la narración de estos casos inspiradores que han encontrado el éxito en la España rural, pese a las sombras que se encontraron en el camino, se puso fin a este evento en el que los participantes coincidieron en que, aunque los desafíos fuera de los grandes núcleos urbanos son significativos, las oportunidades de crecimiento están en aumento gracias a la combinación de tradición e innovación y al trabajo de las entidades sociales que han puesto el foco en estas regiones. «Las alianzas entre asociaciones, fundaciones, empresas sociales y empresas privadas son fundamentales para el mundo rural y también para las mujeres en estos territorios», apuntó la responsable técnica de Fademur, María Cano.

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